Urgente: Licenciamiento de la Universidad José Carlos Mariátegui

Son 31 indicadores de un total de 55 en la que la Universidad José Carlos Mariátegui no califica, es decir más del 50% de estos no se cumplen y en tan solo 20 días calendario (Que ya transcurren) deberían ser subsanables.

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Universidad Jose Carlos Mariategui - Filial Ilo.

Los estudiantes, docentes y padres de familia están muy preocupados por las observaciones que ha realizado SUNEDU a la Universidad José Carlos Mariátegui (UJCM), son 31 indicadores de un total de 55 en la que la casa superior no califica, es decir más del 50% de estos no se cumplen y en tan solo 20 días calendario (Que ya transcurren) deberían ser subsanables.

Si bien no debe primar el pánico, porque todavía hay una segunda oportunidad después de esta, si es que no se pasa la valla, para levantar las observaciones, es también cierto que la opción de la no otorgación del Licenciamiento es una posibilidad cercana. Y esto es lo que no debería ocurrir de ninguna manera.

La primera responsabilidad la tienen las autoridades y el personal nombrado para redoblar esfuerzos para impedirlo. Llamamos a ellos a dedicarse las 24 horas del día y demostrar que son capaces de hacerlo, porque hasta ahora nos están demostrando lo contrario pues son 4 años de gestión por el Licenciamiento y con las justas están en la segunda etapa de la verificación presencial de un total de tres. Tiempo tuvieron, recursos también para ponerla chip a la “U” y no estar en esta vergüenza desaprobatoria.

Son momentos difíciles no solo para la comunidad universitaria, sino también para la Sociedad civil. Y es porque la UJCM es una universidad moqueguana, su partida de nacimiento es el departamento.

Recuerdo los últimos años del 80 del siglo que paso, las autoridades, los frentes de defensa y algunos personajes primero pidieron que Moquegua tuviera una Universidad Nacional, luego se plasmó en un proyecto presentado al Parlamento en la época de Alan García, en su último año de gobierno los dos poderes no lo aprobaron como estaba sino como Universidad Privada de Moquegua (1989).

Fue una universidad atípica porque no tenía dueño, sus primeros promotores fueron las autoridades de la región, recuerdo al Ing. Antonio Cabello, Cristala Constantinides, Ernesto Herrera y hasta Ruth Benavente subprefecta de Ilo entre otros.

En sus primeros años su funcionamiento fue un caos, en el año 1995 la intervino la Asociación Nacional de Rectores (ANR) que con la llegada la Comisión Interventora dirigida por Demetrio Carranza y la estadística Lizarzaburu pusieron orden, organizó los documentos y aumentó la credibilidad a la institución.

Comenzó a funcionar adecuadamente y atender la demanda de los jóvenes y trabajadores que querían profesionalizarse en la región. Su mejoramiento lo conllevaría a la Institucionalización, aparecen los estamentos de gobierno y la selección del personal por concurso. Y siempre fue una universidad atípica pues no tenía un inversionista privado, no recibía aportes del Estado y menos de cooperación internacional, vivía y crecía en base de los aportes de los estudiantes.

Es decir, era autogestionaria, sin fines de lucro y creció.

Cuando nos preguntaban ¿De quién es la Universidad José Carlos Mariátegui? Respondíamos, de los estudiantes.

Es una universidad muy joven si nos comparamos a otras que tienen siglos de funcionamiento, creció porque había demanda y todo lo que se obtenía como renta se reinvertía en la universidad.

El salto de las aulas prestadas de los Colegios a la actual propia ciudad universitaria solo de 30 años es incomparable y asombroso.

Sin embargo, una debilidad apareció, fue una distorsionada democracia interna, los 30 nombrados se posesionaron de la institución y cerraron la puerta a otros profesionales, cambiaron las reglas primando sus decisiones. Ocurrió una institucionalización fisurada entre una elite y decenas de docentes sin derechos. Este problema ha dejado cola y se refleja actualmente en las observadas calificaciones de calidad.

En la vida nada es imposible, es claro que son muchas las observaciones, pero hay algunas que son subsanables porque son de baja dificultad. También hay de las otras que son estructurales y necesitan alta cirugía para curarlas.

Señalamos que son ocho las Condiciones Básicas de Calidad (CBC), el objetivo del SUNEDU no es cerrar universidades, es por el contrario exigirles que mantengan mínimas calificaciones de calidad que se traducen en indicadores de calidad como por ejemplo la documentación administrativa y estratégica, los planes de estudio que correspondan a los títulos, la oferta de carreras que correspondan al desarrollo local y regional, infraestructura adecuada para cada carrera, sede y niveles, docentes con posgrado y experiencia, servicios complementarios básicos, adherir la bolsa de trabajo, información transparente y accesible. La idea es que las instituciones universitarias ya no sean una fábrica de profesionales sin competitividad a cambio de enriquecimiento de unos cuantos.

Los desbloqueos serios para lograr la básica calidad seguramente empezarán por las sedes en otros departamentos, a ojo de buen cubero algunas de ellas no califican, si ello es así su cierre debe ser inevitable para dejar a Ilo y Moquegua para la evaluación porque si tienen calificaciones avanzadas y mejorables.

En el caso de locales el pregrado y postgrado cada uno deben tener los propios y ello deberá ser decidido ya.

En la misma tendencia está la implementación de laboratorios para cada una de las carreras al nivel de satisfactorio. Las sedes tienen que tener autonomías de gestión y planificación, en el caso de Ilo está muy retrasado con respecto de Moquegua ciudad.

El tema de las investigaciones es una seria dolencia que no se sabe cómo podría ser superada en el corto plazo, las intenciones están, las líneas de investigación no están precisas, tampoco el recurso humano está motivado a realizarlo. Y esta es la parte que más exige la Ley Universitaria.

No muy diferente es contar con una plana docente a nivel de postgrado (25%) por lo menos mínimo dedicado en cada una de las carreras. A pesar de las remuneraciones tan escuetas y bajas las expectativas de hacer carrera en la propia institución, personal administrativo encargado a estudiantes practicantes, etc. la toma de decisiones deberá ser de la más inteligente.

Creemos que ya nada vale rasgarnos las vestiduras, requerimos la más amplia unidad para superar las dificultades a pesar de las ganas de gritar las quejas. No sería justo achacarle todas las deficiencias a la actual administración, son otros los enjuiciados, ya habrá su momento para señalarlos.

Salvemos a la UJCM de la descalificación, juguémonos por no quitarles la oportunidad a los jóvenes y logremos la Licenciatura de la Universidad José Carlos Mariátegui que vive del presupuesto que le da las pensiones y cuyo dueño deberá ser siempre Moquegua. Mariátegui se sentiría todavía vigorizante si lo logramos.

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