POR: ECONOMISTA JORGE ACOSTA ZEVALLOS
El exministro de Educación Jaime Saavedra en entrevista en las redes sociales con Josefina Townsend y Mariam Jauregui ha expresado que es urgente el inicio de las clases directas en todo el país. Lo mismo lo afirman el SUTEP orgánico, el Instituto Peruano de Economía y algunos ex y vigentes funcionarios públicos.
El énfasis en la palabra “urgencia” nace del atraso educativo de nuestros estudiantes de la educación inicial, primaria y secundaria, son un año y medio y quizás sea dos el tiempo que ellos han dejado de aprender y desarrollar capacidades intelectuales, habilidades y actitudes.
La alarma es especialmente en los niños de 5, 6 y 7 años que es una etapa en donde el niño avanza de lo psicomotriz a potencialidades de primeros razonamientos matemáticos, lectura de textos, escritura de palabras, desarrollo neuronal, relaciones sociales y creatividad autónoma.
Según el hoy especialista del Banco Mundial en el aspecto educativo enfatiza que la pandemia al impedir el aprendizaje directa en aula ha perdido aproximadamente en promedio el 70% de aprendizaje con respecto a lo que lo hubiera logrado en situaciones normales. Y lo que se pierde no se recupera jamás.
Según la estadística internacional de la CEPAL en nuestro país las pérdidas de aprendizaje debido al COVID 19 según el quintil de ingresos todos tiene un reducción drástica y negativa. Así tenemos que si bien los alumnos de menores ingresos en 2018 tuvieron con la prueba PISA 343 puntos con el COVID 19 este se redujo a 319.
Lo mismo ocurre con los que proceden de ingresos medios e ingresos mayores, estos últimos obtuvieron en la prueba PISA 466 puntos y con el COVID 19 también los afecto bajando a 450 puntos. Lo sucedido es un sismo de grado 8 que ha derrumbado el aprendizaje de nuestros niños, adolescentes y jóvenes.
Se suma a la gravedad del atraso educacional la reducción de la tasa neta de asistencia de alumnos entre el 2019 y el 2020. Al inicio de la pandemia ya comenzó la reducción en los alumnos de inicial de 93% a 82%, los de primaria de 97% a 94%, secundaria de 84% a 81% y en todo el sector de 92% a 87% (Cuadro 01).
El alumnado dejó de asistir a clases e ingreso a las clases remotas. No todos pudieron realizarlas, sobre todo en las zonas rurales y en las zonas marginales de las grandes urbes. No se cuenta con datos respecto a lo acontecido en el 2021, pero es fácil deducir, lo fueron más bajas.
Se agrega que las clases a distancia o remotas no lograron por lo menos los más mínimos estándares de calidad. El motivo no fue por la nueva forma de clases, tampoco porque los maestros no estaban capacitados o por los altos niveles de contagio.
La gran dificultad era y es la gran desigualdad de ingresos entre las personas que solo les permitía en porcentaje tener conexión de internet (57%), contar con computadora (52%), o poseer un software educativo (28%). Y una vez más es la zona rural la deficitaria, además son las familias de bajos ingresos o varios hermanos los que no tenían los medios para contratar el internet, comprar una computadora o contar con software educativo.
La urgencia del inicio de las clases está justificada. Sin embargo, las posibilidades de un rebrote por el Delta podrían alargar más el día del inicio de las sesiones de aprendizaje. Para superarla o no dejarla aparecer es obligatorio persistir con la universalización de la vacuna.
Estudios internacionales están demostrando que los Colegios comparado con espacios semejantes de concurrencia de público son mucho menores los contagios por el virus.
El regreso a las aulas podría ser gradual respetando los protocolos sanitarios, el turno podría comenzar a las 7.30 am hasta las 3.00 pm en un solo turno y solo algunos días de la semana. La idea central es allanar el camino para reiniciar las clases porque más atraso educativo de nuestros alumnos no puede seguir ocurriendo.