POR: CÉSAR CARO JIMÉNEZ
En esta ocasión me permito, por considerarlo pertinente, republicar gran parte de lo que escribí bajo el título de Ilo: Cuaderno de Bitácora, como marco referencial para expresar lo que, a mi entender, se debe hacer para desarrollar íntegramente el puerto de Ilo y la macrorregión sur del Perú dentro de un planteamiento integral.
En tal sentido, señalaba la importancia del cuaderno de bitácora por su capacidad para documentar y registrar información de manera sistemática y organizada. Esto permite a los usuarios tener un registro detallado de los eventos y actividades, lo que facilita la toma de decisiones y la resolución de problemas.
Además, el cuaderno de bitácora también puede ser utilizado como una herramienta de aprendizaje, ya que permite a los usuarios reflexionar sobre sus experiencias y mejorar su desempeño en el futuro.
EXPERIENCIAS FALLIDAS: COMISIONES Y PROMESAS INCONCLUSAS
Reflexiones y experiencias que, en el caso de Ilo, desde hace varias décadas no son muy halagüeñas que digamos, limitándonos a esbozar posibilidades sesgadas y a escuchar diversas —y muchas veces disparatadas— opiniones, aparte de nombrar sendas comisiones que acaban dándole la razón a Napoleón cuando dijo que, si se quería que algo se hiciera realidad rápidamente, se nombrara un responsable; pero si se quería que se prolongara en el tiempo, lo recomendable era nombrar una comisión.
¡Para impulsar el desarrollo y crecimiento integral a largo plazo de todo el sur del Perú no basta efectuar unos cuantos eventos y nombrar una que otra comisión! A través de estos años he visto el desarrollo de innumerables programas “técnicos” —y de los otros—, aparte del nombramiento de diversos comités, que lo único que han hecho es correr y seguir corriendo en el mismo sitio.
Por ejemplo, ¿hace cuántas décadas que se habla de construir una zona de abrigo? Años de años en los cuales se han limitado a la creación, como máximo, de variopintas comisiones que, tras un tiempo de eventos, entusiasmos, comisiones y sendas declaraciones, pasan poco a poco al olvido.
NOMBRAR RESPONSABLES, NO COMISIONES
Y si bien es cierto que la creación de una comisión para abordar estos temas puede ser un primer paso importante, no se puede depender únicamente de la burocracia y los trámites administrativos locales y regionales para lograr una verdadera mejora en la infraestructura portuaria y ferroviaria.
En tal sentido, es importante recordar las palabras de Napoleón sobre la eficacia de nombrar a un responsable para llevar a cabo una tarea de manera rápida y eficiente. Y en ese caso —de ser necesario—, que el responsable designe a las personas que considere idóneas para acompañarlo en la modernización del terminal portuario de Ilo, en el menor tiempo posible.
REQUIERE FINANCIAMIENTO Y ASESORÍA INTERNACIONAL
Además, es fundamental tener en cuenta que cualquier proyecto de esta magnitud requiere asesoramiento internacional y de una inversión considerable, por lo que es indispensable contar con los recursos financieros necesarios para llevarlo a cabo con éxito.
El dinero no solo servirá para construir nuevas instalaciones y adquirir equipos modernos, sino también para asegurar la operatividad y el mantenimiento adecuado del terminal portuario en el futuro.
MODERNIZAR EL PUERTO: TAREA URGENTE Y COMPARTIDA
En resumen, la modernización del terminal portuario de Ilo no puede limitarse a la creación de comisiones o la realización de trámites administrativos. Es necesario contar con personas comprometidas y capacitadas, y el asesoramiento adecuado —y al decir esto último, me refiero a contar con asesoramiento internacional de entidades de prestigio, como podrían ser autoridades portuarias europeas—, así como con los recursos financieros suficientes, para garantizar que dichos estudios se lleven a cabo de manera eficiente y con resultados tangibles en el corto plazo.
Y en ello podrían colaborar las grandes empresas que están en Moquegua, pero teniendo presente un hecho fundamental: que los últimos terminales portuarios que se han construido a nivel mundial han sido financiados por las grandes compañías navieras —caso Chancay, por ejemplo—, por lo que, en el caso no solo de Ilo, sino también de la macroregión sur, se debe entender que dicho desarrollo solo podrá lograrse en la medida que tanto el sector estatal, privado y la sociedad civil converjan en un gran pacto social.
Ese pacto debería, en primer término, analizar y dar solución final y definitiva a los diversos desencuentros que aún persisten en tensa espera, en distintos espacios. Tras lo cual —me permito sugerir— se comprometan a escucharse mutuamente y recurrir a quienes realmente saben en aspectos ferroviarios y portuarios, para delinear un desarrollo armónico e inclusivo.
ACTORES CLAVE
Y en tal sentido, es vital —si quieren servir realmente— que nuestras principales autoridades intenten conseguir una reunión —reitero la idea— con el dueño del Grupo México, en procura de interesarlo, bien a él o a uno de sus hijos, que preside Ferromex, la división ferroviaria del Grupo México (que controla y administra el 100 % de las vías férreas mexicanas y parte de las que existen en el sur de los EE.UU.), a analizar los pros y los contras respecto a la posibilidad de administrar el denominado Corredor Ferroviario Bioceánico Central.
NO IMPROVISAR
Asimismo, se debería recurrir a un convenio con alguna entidad portuaria internacional para definir cuál puede ser la mejor alternativa, porque el tema no es tan simple: se necesita hacer varios estudios, por ejemplo, un estudio de ingeniería estructural que incluya el diseño de cimentaciones, muros, escolleras, enrocados, entre otros elementos, que le corresponde desarrollar a una de las grandes flotas mercantes que transportan mercancías a nivel mundial.
¿LOS LOCALES ESTÁN A LA ALTURA?
En la actualidad, la planificación y ejecución de planes de desarrollo exitosos se ha vuelto una tarea cada vez más compleja y demandante, debido a la diversidad de aspectos técnicos y especializados que deben ser tomados en cuenta.
Es por ello que resulta crucial reconocer que, en muchas ocasiones, los profesionales provincianos —e incluso los limeños— carecen de la experiencia y conocimientos necesarios para delinear estrategias efectivas que impulsen el crecimiento y desarrollo de las regiones.
Ante esta realidad, es imperativo recurrir a entidades especializadas y de prestigio en el ámbito del desarrollo económico y social, como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y también ver la posibilidad de celebrar convenios con los mismos.
Recursos hay, no los malgastemos contratando cada cierto tiempo a distinguidos profesionales que, más allá de buenas intenciones, poco aportan…
¿Qué se consiguió con Carranza? ¿Qué se aspiró conseguir con Castilla?