POR: MIGUEL ARTURO SEMINARIO OJEDA (DIRECTOR DEL MUSEO ELECTORAL Y DE LA DEMOCRACIA DE LA DNEF DEL JURADO NACIONAL DE ELECCIONES)
El 17 de julio de 1962, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas presionó en el Jurado Nacional de Elecciones, presidido por el doctor José Bustamante y Corzo, para que declare la nulidad de los comicios del 10 de junio, pero el máximo organismo electoral en el Perú, resistió. A pocas horas, por la madrugada del 18 de julio se derrocó al presidente Manuel Prado Ugarteche, y se instaló una Junta de Gobierno presidida por Ricardo Pérez Godoy, y el año siguiente por Nicolás Lindley.
Como la presión de las Fuerzas Armadas había sido manifiesta, surgieron varias voces de protesta, el Dr. Andrés Duany Dulanto, ex Decano del Colegio de Abogados de Lima, recordó a la opinión pública que el Jurado Nacional de Elecciones era soberano, y que a las FF.AA les correspondía hacer respetar la decisión del JNE, cualquiera que fuese la emitida.
Rene Boggio, catedrático titular de Derecho Constitucional de la UNMSM declaró que “el Jurado Nacional de Elecciones máxima autoridad en el proceso electoral está en la obligación de estudiar este problema, siendo ellos los únicos que podrían dar el fallo encuadrado dentro de la constitución y de acuerdo a su conciencia”.
CANDIDATOS EN EL PROCESO ELECTORAL DE 1962
El de 1962, fue el primer proceso electoral competitivo en Perú, donde participaron sin exclusión las fuerzas políticas organizadas del momento, con los resultados conocidos de la manifestación de las Fuerzas Armadas con un voto en contra la Haya de la Torre y de Odría que representaba a la oligarquía. No fueron elecciones de carácter participativo pues no existía el sufragio universal.
En 1962, fue la primera vez que Haya de la Torre pudo postular su candidatura desde 1931, cuando el resultado electoral favoreció a Luis Miguel Sánchez Cerro. Con él estuvieron en competencia, Fernando Belaunde, Manuel Arturo Odría por Unión Nacional Odrista, Héctor Cornejo Chávez, por el Partido Demócrata Cristiano; El Gral. Cesar Pando Egúsquiza por el Frente de Liberación Nacional, considerado el organismo de fachada del Partido Comunista, Luciano Castillo Colonna, por el Partido Socialista, y Alberto Ruiz Eldregde por el Movimiento Social Progresista.
El proceso electoral de 1962 fue uno de los más disputados en la historia republicana. Hubo duelos verbales en las plazas públicas, y polémicas televisadas y por la radio, además se protagonizó una serie de choques entre los partidarios de los diferentes candidatos, que viajaron por todo el país, y hubo un despliegue de propaganda electoral como nunca antes, y los cierres de campaña terminaron con multitudinarias manifestaciones en la Capital de la República.
Se afirma que la concentración política más gigantesca fue la del APRA, seguida de las de Belaunde y de Odría. En este proceso inclusive, la Iglesia Católica motivaba a los electores a través de una carta pastoral para que no tomen en cuenta a los comunistas, y se utilizó por primera vez la tinta indeleble roja, y se exigió la presentación de la Libreta electoral y la militar, a los varones.
Tras los escrutinios ninguno de los candidatos alcanzó el tercio de votos válidos por lo que de conformidad con el Art. 183 de la Constitución, el presidente debería ser elegido por el Congreso. El 28 de junio la Fuerza Armada dio a conocer un comunicado y denuncio que hubo fraude y prácticamente exigió al Jurado Nacional de Elecciones para que declare la nulidad absoluta del proceso electoral, ante la negativa, el 18 de julio la Fuerza Armada tomó el Palacio de Gobierno y depuso al presidente Prado, formándose una junta presidida por el general Ricardo Pérez Godoy.
El 18 de julio el coronel Francisco Morales Bermúdez se hizo cargo del Jurado Nacional de Elecciones, por designación de la Junta de Gobierno, hasta el 17 de diciembre que asumió el cargo Eleodoro Romana Romero.