El vicepresidente del Grupo Moody’s Investors Service, Jaime Reusche, señaló ayer que el proyecto Tía María cuando se construya impulsará no solo la inversión privada en el sector extractivo, sino que también la no minera.
La compañía minera Southern Peru Copper Corporation (SPCC) tras recibir su autorización de construcción del proyecto de cobre Tía María en Islay, Arequipa, informó que no empezará las obras mientras no haya un contexto social más favorable sobre la base del diálogo con la población.
EFECTO SOBRE EL PBI
Reusche indicó que el proyecto Tía María está valuado en aproximadamente 1400 millones de dólares, un poco más del 0.6% del Producto Bruto Interno (PBI).
«Pero de llegar a la fase de construcción luego de impulsar el diálogo, el efecto directo se daría en el sector construcción a lo largo de dos a tres años generando cerca de tres mil empleos directos bajo estimados conservadores”, declaró a la Agencia Andina.
DOS RAZONES
Reusche refirió que, si bien no es una cifra grande, el efecto indirecto sobre la actividad sería “enormemente positivo” por dos razones.
“La primera viene por los encadenamientos que genera en varios otros sectores incluyendo, transporte y otros servicios en la fase de construcción y en sectores como manufactura ligera en la fase de producción, el cual produce un beneficio para la generación de divisas en exportaciones al igual que al pago de impuestos”, explicó.
“Pero la segunda razón que es más importante –indicó- sería la señal que enviaría al sector minero, a la inversión extranjera y al sector privado en general de que se pudo sacar adelante un proyecto de peso para el país”, agregó.
DIÁLOGO
Indicó que para lograrlo se necesita perseverancia, diálogo e inteligencia.
“Sin dejar de lado las consideraciones sociales y ambientales, dejando todo un proceso de aprendizaje y resolución de conflictos por el bien de la actividad económica y del desarrollo”, dijo.
OTRAS INVERSIONES
Reusche señaló que “ese mensaje” alentaría varios otros proyectos mineros y apoyaría la recuperación de la confianza del sector empresarial que estuvo golpeada por el ruido político.
“Podría incluso gatillar inversión privada no minera dejando en claro que el gobierno respalda grandes proyectos de inversión como parte importante de la agenda económica”, puntualizó.