Opiniones van opiniones vienen. No es cierto que la inversión minera en Tía María, tendrá cero de impacto ambiental, como tampoco es cierto que la producción de la mina hará que el valle desaparezca; ponerse en uno y otro extremo es falto a la verdad.
Creo que en este caso, una vez que se ha dado la licencia de construcción del centro minero, hay que buscar las oportunidades para la inversión y para los pueblos aledaños y necesariamente se va a dar bajo una mesa de diálogo y sobre todo negociación, un buen resultado podría ser la «bisagra» para destrabar no solo Tía María, sino todos los conflictos mineros y de hidrocarburos que hoy están paralizados y que originan que nuestro Perú; minero por excelencia, colapse hasta el punto de resquebrajar nuestro crecimiento económico; originando el aumento de 800 mil pobres más y 700 mil jóvenes profesionales, que están en la población económicamente activa, no tengan ninguna oportunidad.
Es muy cierto, el valle de Tambo es una gran despensa económica del sur del Perú, con más de 12 mil hectáreas bien cultivables y que da trabajo a más de 10 mil personas directa e indirectamente y ninguna inversión minera que se instale a inmediaciones; va a querer estar contra esa realidad, más bien convivir con ella de una manera sustentable; aun sabiendo que la misma a través de su historia, ha tenido fuertes pasivos ambientales en la zona de Moquegua y Tacna con humos y relaves; pero también es cierto que fueron épocas donde no existían estándares ambientales mundiales ni objetivos de desarrollo sostenible; pero felizmente esa nefasta realidad empezó a cambiar por los años 90, cuando organismos internacionales como el Banco Mundial, el Banco Interamericano presionan con fuertes multas cualquier deterioro o perjuicio que se dé al medio ecológico, donde se desarrolle la actividad económica minera.
Viendo toda esta realidad, no es gratuito señalar como la UNOPS (Oficina de Naciones Unidas de Servicios y Proyectos) hizo 138 observaciones al Estudio de Impacto Ambiental del proyecto Tía María; que tenía que ver con el uso del agua, el subsuelo y partículas flotantes, línea de base y monitoreo lo que la empresa interesada ha tenido que subsanar presentando prácticamente otro estudio de EIA, el cual finalmente, en marchas y contramarchas; la OEFA (Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental, perteneciente al Ministerio del Ambiente) luego de un largo proceso de evaluación con ambientalistas, biólogos, químicos, Ing. agrícolas, abogados, hidrólogos, geólogos, etc; han concluido y anunciado que el proyecto usará agua desalinizada; no existe conexión directa entre el proyecto minero y el agua del valle de Tambo; se implementará un plan de voladuras de mínimo impacto, con vientos de sur a norte y se establecerá un máximo monitoreo de la OEFA. Todo ello fue un procedimiento técnico, administrativo, jurídico y el gobierno tuvo que cumplir en dar la licencia de construcción, según como lo señala la ley.
Ahora queda establecer la licencia social, que es una especie de compromiso de honor; que la población haga suyo el proyecto y lo acepte; la empresa minera tiene algunos retos como: resarcir su mala imagen, principalmente de los primeros años de operación en la zona sur; hacer su operaciones mitigando al máximo el daño ecológico sobre todo del valle; crear un nuevo precedente para futuras inversiones que tiene en las minas de Chancas y Michiquillay y convivir con las poblaciones aledañas permitiendo usar el agua desalinizada en los tiempos de sequía; hacer un ambicioso programa de proyectos sustentables en los campos educativos, de salud, agrícola, saneamiento, etc.; crear un fondo minero a manera de un FIDEICOMISO, que respalde subsanar cualquier mínimo impacto, este fondo debe ser automático y no debe pasar por litigios nacionales ni internacionales.
El agricultor y las poblaciones tienen que sentirse amparados y protegidos por especialistas de la misma zona, que hayan sido debidamente capacitados, que vigilen cualquier impacto negativo; si se cumple estos procedimientos, se habrá trabajado mucho en esta convivencia minería y agricultura. Para empezar el procedimiento será por lixiviación; es decir, no habrá humos, relaves, filtraciones ni plantas de concentradora; es decir, la minería más limpia y silenciosa.
Estamos frente a una realidad límite y preponderante para cambiar los rumbos de la historia; nadie debe permitir el colapso del valle como fuente de alimento del sur y la Empresa minera debe valerse de ello para mejorar esa realidad; pero también está la proyección de mostrar un buen rostro, que la población confíe en la minería y hacer un efecto multiplicador a través del país para destrabar otros proyectos; es fuerte el techo que tendrá que superar la empresa interesada en esta zona
Si todo sale bien; se tendrá 1400 millones de inversión; 5 mil puestos de trabajo aprox. en la etapa de ejecución hasta el 2021; sería el 10% de la demanda laboral de la región; 6 mil millones de soles para la región Arequipa en 20 años por efecto del canon minero, se tendría dinero para crear nuevas fronteras agrícolas como el de Majes y Sihuas, se tendría impuesto especial minero, regalías, impuesto a la renta, impuesto a los dividendos que significaran en 20 años una ganancia equivalente para construir, 100 colegios 100 hospitales, 50 reservorios, canales de regadío, carreteras etc., etc.
Es decir, un boom económico que atraería automáticamente activar los Chancas y Michiquillay que es de la misma empresa, con inversión de 8 mil millones de dólares es decir 4 veces más y se pasaría a Chile como primer productor de cobre en el mundo; con la puesta en marcha de todos estos proyectos, se reactivaría totalmente nuestra economía teniendo un crecimiento anual encima de 5,5 % del PBI, suficientes cifras para ir saliendo de la pobreza. Este proyecto Si o Si, debe ser limpio y ecológico, sustentable y con objetivos claros de desarrollo sostenible de los pueblos. Tía María es la bisagra de todo ello, es voltear la página de la actividad minera de la historia del país; quedarse en el pasado o mirar el futuro, es un gran reto…es mi opinión.