POR: PATRICIA AYALA LUPACA
Hacer de cada docente de la Universidad Nacional de Moquegua (UNAM) un investigador calificado por CONCYTEC parece ser la consigna. Porque 16 de cada 100, o 21 de cada 100 como ocurre en la UNAJ de Juliaca, es un porcentaje muy bajo. En general, en el Perú, no más del 15% de los docentes universitarios son investigadores, aun cuando una de sus funciones principales debería ser la investigación.
En términos absolutos, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos – UNMSM tiene 565 investigadores, pero en términos relativos solo alcanza el 17%. Le sigue la Universidad Nacional de San Agustín UNSA de Arequipa con 247 investigadores, que representan el 13%. ¿Dónde está el otro 87%? (¿En nada?).
En la Universidad Nacional Jorge Basadre Grohmann – UNJBG sucede algo similar: tiene 86 docentes investigadores, lo que representa el 12%. Por su parte, la UNAM cuenta con 52 investigadores, equivalentes al 16%, mientras que en Juliaca hay 38 investigadores que representan el 21%. Se puede afirmar que, en promedio, solo el 15% de los docentes a nivel nacional son investigadores. Entonces, ¿dónde está el otro 85%?
CALIDAD DE LOS INVESTIGADORES
Por otro lado, al examinar la calidad en cuatro universidades —la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) y nuestra joven Universidad Nacional de Moquegua (UNAM)— se evidencian disparidades bastante profundas. Al analizar los datos, se observa que la mayoría de sus investigadores, un 46%, se encuentran en los niveles más bajos del RENACYT, específicamente en los niveles VI y VII. Asimismo, solo 19 académicos alcanzan el nivel «Distinguido», que es el más alto de la clasificación. Esto genera gran incertidumbre, especialmente porque la UNMSM es la universidad más antigua de América y tiene una importante tradición en la educación superior peruana.
La Universidad Nacional de Moquegua (UNAM), creada en 2005, presenta solo 52 investigadores registrados, de los cuales la mayoría están en el nivel VII. Por ello, se puede afirmar que la UNAM ocupa un lugar discreto en comparación con universidades históricas.
