El jefe de Sedapar Mollendo, Ing. José Mendoza, ha afirmado que, según los análisis técnicos realizados por esa empresa en el lugar, la contaminación del río Tambo se debe en gran medida a causas naturales.

Mendoza explicó en un medio local, que la presencia de metales como arsénico y boro en el río Tambo proviene principalmente de los géiseres de los ríos Vagabundo y La Capilla, que tienen altos niveles de estos elementos. Además, señaló haber observado la coloración amarilla característica en el río Tambo, específicamente en la zona de Quinistaquillas.

SOLUCIÓN

Un segundo punto destacado por Mendoza es que, ante esta situación, la mejor alternativa para la provincia de Islay sería buscar una nueva fuente de abastecimiento de agua, ya sea superficial o subterránea, que tenga menor contenido de estos metales. Esto permitiría utilizar un tratamiento de agua más sencillo y económico, a diferencia del costoso sistema de ósmosis inversa que se requeriría para tratar el agua del río Tambo.

“El tratamiento de las aguas del rio Tambo es bastante costoso, para entregar agua de calidad a la provincia de Islay, se puede hacer y la respuesta es sí, pero se tiene que utilizar un tratamiento avanzado ósmosis inversa que, al mismo tiempo, nos va a generar agua de rechazo, esta agua tendríamos que buscar a dónde se va a disponer final y el único lugar que se tiene, es hacer un emisor de agua submarina hacia el océano Pacífico”. 

Mendoza resaltó que el tratamiento del agua del río Tambo mediante ósmosis inversa, si bien es posible, resulta económicamente insostenible para la población de la provincia de Islay. Por ello, la búsqueda de una nueva fuente de agua de mejor calidad se presenta como la alternativa más viable.

DATO

El Proyecto Integral Islay contemplaba esta posibilidad (ósmosis inversa) y en un comentario que está plasmado dentro del estudio decía que económicamente era insostenible, porque tendría que asumirlo la población.