La empresa estadounidense Colossal Biosciences ha dado un paso significativo en el terreno de la biotecnología y la “desextinción”. Anunció el nacimiento de tres cachorros con características genéticas del mítico “lobo terrible” (Canis dirus), especie extinta hace más de 10.000 años. El hecho marca un hito científico al ser considerado el primer caso de “desextinción funcional”.
Los animales nacieron en una instalación privada de más de 800 hectáreas en el norte de Estados Unidos. Se trata de dos machos —Rómulo y Remo— de seis meses, y una hembra de dos meses llamada Khaleesi. Aunque no son clones idénticos del lobo prehistórico, presentan varios de sus rasgos distintivos: mayor tamaño, pelaje espeso y claro, y una contextura más robusta que la del lobo gris actual.
El equipo de Colossal logró este avance utilizando ADN fósil recuperado de restos de Canis dirus, algunos con más de 70.000 años de antigüedad. A partir de ese material, aislaron 20 genes clave que diferenciaban al lobo terrible de su pariente moderno. Gracias a la tecnología CRISPR, editaron el genoma de células de lobo gris y generaron embriones con esas modificaciones, los cuales fueron implantados en madres sustitutas.
Beth Shapiro, directora científica de Colossal y experta en paleogenómica, calificó este logro como “la primera desextinción funcional”. En sus palabras, “no se trata de resucitar una especie extinta exactamente como era, sino de recrear una versión moderna basada en sus genes”.
A diferencia de otros proyectos ambiciosos de la empresa, como el del mamut lanudo, el caso del lobo terrible fue elegido por su viabilidad técnica: está emparentado con especies vivas como perros y lobos, lo que permitió aplicar técnicas ya validadas en reproducción asistida.
En adelante, Colossal, valorada en US$10.000 millones, se concentrará en observar cómo crecen y se comportan los cachorros, evaluando si desarrollan otros atributos del lobo extinto. Además, se abre una nueva fase en la aplicación de esta tecnología en la conservación de especies actuales, aunque también crecen los cuestionamientos éticos sobre el uso de organismos genéticamente modificados y su posible impacto en los ecosistemas.
OTROS PROYECTOS
Desde su fundación en 2021, Colossal Biosciences ha liderado una nueva era de biotecnología aplicada a la desextinción. Uno de sus proyectos más emblemáticos es el intento de “revivir” al mamut lanudo, especie extinta hace unos 4.000 años. Para ello, la empresa trabaja en la modificación genética del elefante asiático, introduciendo rasgos como el pelaje grueso, la resistencia a climas gélidos y una capa de grasa subcutánea similar a la del mamut.
En 2023, lograron un avance clave: ratones genéticamente modificados desarrollaron un pelaje similar al de ese antiguo animal, lo que representa un paso previo crucial antes de escalar la edición genética en elefantes. La meta es ambiciosa: lograr el primer embarazo de un elefante modificado para 2026.
Colossal también ha puesto la mira en el regreso del dodo, el ave endémica de Mauricio extinguida en el siglo XVII. Sin embargo, el reto técnico es aún mayor. La biología reproductiva de las aves impide manipular embriones directamente dentro de huevos con cáscara dura, lo que ha obligado a los científicos a desarrollar métodos alternativos. Actualmente, la compañía colabora con el gobierno mauriciano para diseñar una estrategia de reintroducción a largo plazo.
Más allá de resucitar especies, Colossal busca aplicar sus avances a la conservación de la biodiversidad actual. En 2024, participó en un programa de diversificación genética de la paloma rosada, una especie en peligro crítico de extinción. El objetivo fue mejorar su resistencia a enfermedades y reducir los riesgos asociados a la endogamia.
Estos esfuerzos, aunque esperanzadores, también despiertan debates éticos sobre el rol de la biotecnología en la naturaleza y la responsabilidad de intervenir en procesos evolutivos con consecuencias imprevisibles. [Fuente: La Nación – Associated Press]