A pesar del inicio de la cuarentena obligatoria y focalizada a nivel de provincia de Islay, considerada de nivel extremo, gran parte de la población no acató la disposición del gobierno, con lo que se generó un ambiente de relativa normalidad, similar a los días anteriores.

Sin embargo se pudo conocer que la policía nacional con el apoyo de las fuerzas armadas realizaron diversos operativos en puntos de la provincia, aunque no pareció suficiente dado que muchos negocios, restaurantes, ferreterías y otros no esenciales atendían al público como antes.

Igualmente la presencia de personas en las calles fue también notoria, pues no todas cumplían las medidas dispuestas por el gobierno, encontrándose a muchos caminando por el sector de playas, plazas y malecones ante la ausencia policial.