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Preguntas en el 28 de julio: Hagamos memoria, olvido no

Desde una mirada crítica, interesa saber cuál fue nuestro punto de partida como país, nos importa recordar, apelar a la memoria para saber de qué independencia se trató y cuáles son las razones profundas que explican la ausencia del pueblo en esos festejos.

POR: WILFREDO MENDOZA FLORES         

Hoy, es el cumpleaños de nuestra Patria. Celebramos sumidos en medio de una irrefrenable tristeza, desolación y consternación. No hay ánimos para celebrar como debe ser el aniversario de nuestro Perú, porque repentinamente partieron al más allá muchos amigos, vecinos y personas que dejaron huellas, que ya no los volveremos ver más, que harán falta y que tenían aún mucho por hacer. No pudieron despedirse, ni pudimos decirles un adiós definitivo.

Recordamos 199º años de Independencia nacional y este año no habrá ceremonias, desfiles cívico militares; apenas una que otra reunión protocolar entre autoridades civiles y militares porque esta vez el coronavirus es el que ha programado las actividades que en antaño fortalecían el civismo y el patriotismo a raudales.

Haciendo uso de la fortaleza casi apagada por los acontecimientos, tampoco se puede dejar de mencionar que en estas “Fiestas Patrias” no deben faltar las banderas flameando en los techos de las casas y no se llegue a un posible olvido o tratando de evitar la multa que imponga el municipio; primero están los deberes y obligaciones ciudadanas a pesar del dolor que nos embarga.

En los cuarteles terminaron los ensayos y preparativos de lo que será la gran parada militar que se solía desarrollar el 29 de julio, es decir, el gran día de los oficiales que muestran el poderío armamentista de las fuerzas armadas. Por su parte, el Presidente de la República debe estar terminando de familiarizarse con el discurso de orden preparado por sus asesores que leerá en el Congreso. Mensaje a la Nación que es esperado con gran expectativa por la población, pero también un mensaje esperado especialmente por la oposición que solo está para cuestionar y también por los congresistas que no dan talla hasta el momento.

La realidad es otra en los pueblos de los distritos, centros poblados, caseríos y en buena parte de las provincias. Este 28 de julio, presumo, no habrá nada, las calles estarán vacías porque las autoridades con los de su entorno, ya celebraron; mientras que las maestras y maestros hicieron su parte en el desarrollo de las clases virtuales; pues, ya realizaron a la distancia sus pequeñas ceremonias, discursos, banderas y simulacros de desfiles escolares en el mejor de lo casos.

Los establecimientos comerciales estarán exhibiendo banderas como muestra de que la celebración de las Fiestas Patrias es un asunto eminentemente oficial, aunque en la práctica no lo será.

Valga este pequeño preámbulo para hacer un ejercicio de algunas preguntas que vale la pena hacer. Sería útil y mejor aún, que cada uno de ustedes, trate de responder con la mayor sinceridad y conocimiento: ¿Por qué las Fiestas Patrias son un espacio solo para los uniformados?, ¿Fue la llamada independencia solo un asunto de militares?; ¿No tuvo el pueblo algo que ver con ese acontecimiento?

¿No hubo acaso levantamientos civiles contra los españoles y otras propuestas diferentes a las de los criollos, mestizos y negros? ¿O, esos marqueses, de los hacendados dueños de esclavos, de siervos indígenas, y abogados del orden colonial que se volvieron patriotas y caudillos militares cuando llegaron José de San Martín y Simón Bolívar? ¿No tuvieron algo que ver con la independencia un señor llamado José Gabriel Condorcanqui Túpac Amaru II y su familia; su compañero de ruta Túpac Katari en el alto Perú, que ahora es Bolivia y sus soldados indígenas que produjeron el primer gran movimiento anticolonial de América?; ¿Por qué la historia que se conoce, es diferente al de otros historiadores y de extranjeros que observaron tal y cómo fue el movimiento libertario? ¿Por qué no resaltar como debe ser a los próceres, precursores y mártires?

¿Por qué en la representación de las Fiestas Patrias le corresponde al pueblo el papel de observador, como si desde una tribuna viera un partido de fútbol?; ¿Por qué la sociedad inca no es mencionada en las celebraciones?; ¿Por qué los peruanos no festejamos el día de la patria cantando y bailando en las plazas de cada uno de los rincones del país, como ocurre en otros países? Claro, no se puede ahora por el covid 19. Quedan, seguramente, otras preguntas tanto de ustedes como las mías.

Les ofrezco dos pequeños secretos para tratar de encontrar las respuestas. El primero es: pensar sinceramente cuánto conocemos de la historia de nuestro país; en otras palabras, de pensar en qué historia aprendimos, qué historia nos enseñaron. El segundo es, tener el olfato y astucia para diferenciar una historia oficial de una historia real y no picar el anzuelo para olvidar lo que pasó.

En el fondo, se trata del eterno drama humano entre la memoria y el olvido. Desde el poder se enseña una historia que busca el olvido. “¿Para qué mirar atrás, para qué reabrir heridas?” nos dicen los historiadores que tienen intereses subalternos.

Desde una mirada crítica, interesa saber cuál fue nuestro punto de partida como país, nos importa recordar, apelar a la memoria para saber de qué independencia se trató y cuáles son las razones profundas que explican la ausencia del pueblo en esos festejos. ¿Seguimos en el olvido o apelamos a la memoria-historia para saber qué hacer en el futuro? Por lo pronto, dejemos que los historiadores y sociólogos den las respuestas y expliquen lo que es una patria real y no, lo que nos han dicho tantas veces. Finalmente: ¿Cuándo se jodió el Perú? … ¡¡¡…Viva el Perú…!!

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