Por: Jury Baylón Delgado
El documento real que consigna el nacimiento del genocida más brutal de la historia del Perú, yace en el Registro Civil de la Municipalidad Provincial de Islay, en Mollendo. Allí se aprecian diversos datos sobre el origen del líder terrorista de Sendero Luminoso, y aunque pudiera ser escalofriante, hay que enfrentar los hechos como son.
Nació en Mollendo, el 3 de diciembre de 1934 a las dos de la tarde; sin embargo, recién fue inscrito en el Registro Civil con la partida de nacimiento N° 7027, el 11 de ese mes, a la misma hora, con el nombre de Manuel Rubén Abimael Guzmán Reinoso, por un personaje llamado Jesús Collado de tan solo 24 años de edad, natural de Mollendo y domiciliado en la calle Islay.
En otra parte de la inscripción se consigna el nombre de la madre, Berenice Reinoso de 24 años de edad, natural de Arequipa, vecina de Mollendo.
Pero no fue sino hasta el 15 de ese mes a las tres de la tarde, que su verdadero padre, Abimael Guzmán Silva, presenta una adenda a la partida, diciendo que el inscrito era hijo suyo, reconociéndolo luego de 12 días de nacido.
ALGUNOS APUNTES HISTÓRICOS
Enrique Chávez Jara, reconocido historiador mollendino refiere de mucho material sobre el nefasto personaje y cuenta que el padre de Abimael conoció en Arequipa a Berenice Reinoso y fruto de ello fue procreado, fuera de matrimonio, ya que el padre estaba casado con Laura Jorquera Gómez, de nacionalidad chilena y con tenía al menos nueve hijos más, pero muchos de mujeres distintas, haciendo gala de una desvergonzada promiscuidad. Este hecho seguramente, como otros más, marcaría la infancia de Abimael. Y hay más.
Su madre biológica, Berenice, lo abandona a los tres años y se va a Puno a rehacer su vida, lejos de Abimael, quedándose el niño, al cuidado de su madrastra Laura y su padre Abimael en El Arenal, valle de Tambo, junto a sus otros hermanos.
Abimael, no tenía mucho acercamiento con su padre que era un contador de un hacendado de Islay, pero sí con su madrastra que lo aceptó como un hijo más. Estudió jardín en Mollendo y después fue trasladado por familiares de Berenice a Puno y luego a El Callao, para aparecer más adelante en Arequipa en donde hizo sus estudios secundarios en el colegio La Salle y superiores en la Universidad Nacional de San Agustín en la carrera de filosofía.
En este entorno se hacía denotar un perfil retraído y antisocial de Guzmán Reinoso, mucho por la naturaleza de su origen, familia, crianza y traumas de niñez, aunque ello le valiera para ser un estudiante aplicado, no le alcanzó para ser una buena persona, convirtiéndose en el criminal más sanguinario de la historia del Perú.
Luego de culminar sus estudios universitarios, se pierde el rastro y aparece en Huamanga, Ayacucho, a principios de la década del 60 en donde empieza su trabajo de infiltración comunista, siendo a partir de allí, historia, trágicamente, conocida.
ABIMAEL GUZMÁN ESTUVO EN MOLLENDO
Chávez Jara narra que, el 8 de julio de 1960 Abimael Guzmán llega a Mollendo para participar del censo de ese año que se daría dos días después, como colaborador en su organización, con el grado de profesor, aunque llamado doctor.
Ese censo era impulsado por el Círculo Cultural Baca Flor, con el padre Alfonso Castro, el doctor Manuel de Torres Muñoz y otros destacados personajes y estudiantes de Mollendo entre ellos, Anal Fairlie, Edilberto Salazar. Este es el único registro documentado de la presencia de Abimael Guzmán en Mollendo y que fue publicado el 6 de enero de 1961 en la revista “Mollendo” del Círculo Baca Flor con motivo del 90 aniversario de la ciudad.
¿Quién iba a pensar que tan grandes y buenos personajes de la historia de Mollendo, se iban a “codear” con el que sería luego, el cabecilla senderista?
Enrique Chávez Jara: “La historia nos está dando lecciones”
“Muchos de nuestros políticos se rasgan las vestiduras y critican sobre estos sucesos, pero no se preocupan que, para que esto no se repita nunca, debemos acudir a la historia que nos está dando lecciones. Ya es tiempo que, en los colegios, a los jóvenes le enseñen la historia de todos los personajes buenos y malos, honorables y execrables. Si los jóvenes no pueden reconocer una fotografía de don José de San Martín, menos lo harán con otros. Así solo tendremos desbande de jóvenes que se guían por otras motivaciones y si tuvieron traumas infantiles serán fácilmente absorbidos por ideologías desfasadas”
