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6 octubre, 2024 8:36 am

Otárola miente y Dina provoca

Claro está que ella sola no decide, es más, ella solo obedece al que gobierna entre sombras, el Premier Otárola…

POR: ENRIQUE LAZO FLORES   

El país no solo está soportando una serie de provocaciones, mentiras y abusos “legales” desde el Poder Legislativo, con la mirada cómplice un poder ejecutivo que siente un placer con el dolor ajeno, (como sintiendo un “schadenfreude” que hace referencia al placer ante la desgracia ajena) y nadie absolutamente nadie, hace algo para encarrilar las actitudes de ambos poderes por la ruta de la democracia que pareciera se ha esfumado en nuestro país.

Vemos a un Congreso completamente embebido de dulces halagos y vanidosos caprichos a costa del dinero de los peruanos, con amplias facultades de hacer lo que nadie se atreve a prohibirle, gastando en caprichos banales a su favor, en medio de la discriminación racial muestran su dictadura que nos pone en la ruta del apartheid, dividiendo al país en dos clases sociales, los cholos serranos del Perú profundo, y los pitucos de Surco, Miraflores y demás barrios de clase A en la capital Lima.

Si antes había el discurso que íbamos por el camino a convertirnos en una nueva Venezuela,  hoy vemos con horror, el camino a la que nos lleva el gobierno de Dina Boluarte, quien, no solo muestra su menosprecio a medio Perú, sino,  amenaza de manera abierta con matar más gente si el país paraliza este 19 de julio, sin considerar que los 49 muertos producidos en la protesta para que renuncie, hasta ahora no haya un detenido ni por sospecha, menos por culpabilidad, o sea, eso no cuenta para este gobierno, al margen que nos acercamos a la desesperación por el rápido crecimiento del costo de vida, el crecimiento del comercio ambulatorio, por la falta de puestos de trabajo, la desocupación, la miseria y la crisis sanitaria que sigue matando gente ya no es en el norte del país, sino ya está en el Sur.

Considero que es repetitivo referirnos al cambio de actitud de Dina Boluarte, porque el cambio de careta que muestra ante el país lo dice todo, si antes era defensora de Pedro Castillo hoy, en la vereda del frente, se descubre la verdadera actitud ante un país que aún no sale de su asombro, al verla tal cual es el fujimorismo encarnada en Keiko Fujimori, obedeciendo a las “recomendaciones “ de Keiko que se alista para entrar nuevamente en la campaña electoral y con el apoyo de Dina, si es que la justicia no le alcanza antes.

Claro está que ella sola no decide, es más, ella solo obedece al que gobierna entre sombras, el Premier Otárola, quien desde el inicio manejó este gobierno donde Dina solo era y continúa siendo la fachada de un gobierno abiertamente de derecha, convertida en una sumisa y obediente “presidente” que solo repite el libreto de Otárola, perdiendo toda condición de política que ayer decía, “Mi total lealtad con el presidente Pedro Castillo es a prueba de balas, si al presidente lo vacan yo me voy con él, lo dijo cuando empezaba la campaña de la primera vacancia de Pedro Castillo.

Ante esa falta de consecuencia política, Boluarte mostrando esa lealtad a Castillo no se sonrojaba al cantar lo que en ese momento le ordenaba su corazoncito rojo, “La vida es una falsía, ¡Justicia!, Justicia no hay en la tierra, justicia solo en el cielo”, ¿acaso presagiaba que en su gobierno se irían al cielo 49 peruanos entre ellos sus paisanos?, total, ella dirá que solo era una canción, pero de gran significado hoy.

Faltó a su palabra en varias oportunidades, como cuando asumió al cargo, repitiendo con orgullo ser la primera mujer en la historia de la era republicana del país, mareada de poder y triunfalismo, dijo, juro por Dios, por la patria, por todos los peruanos, que ejerceré fielmente el cargo de presidente de la República, asumo de acuerdo con la Constitución Política del Perú hasta el 26 de julio de 2026”. ¿Se equivocó?, o solo sería un gesto de cumplir con la constitución, porque después borró con el codo y dijo “¿He decidido lograr un acuerdo con el Congreso para adelantar las elecciones generales para abril del 2024”, fue decisión?, O fue obligada por la ola de protestas, o, empujada por su primer ministro que cayó en errores que hoy le pasa la factura.

En esa narrativa de contradicciones y mentiras, Dina Boluarte continúa con revivir sus ofertas de provocación, si ayer decía, “Sabemos que quieren tomar Lima, yo los llamo a tomar Lima, sí, pero en paz, de manera pacífica, pero el incendio de un histórico edificio le dio en el rostro la realidad que seguía ardiendo la protesta de una región como Puno, que no se rinde y exige cumpla su palabra de llamar a elecciones, paradójicamente volvió amenazar, confirmando que gobernará hasta el 2026 y que el anuncio de un nuevo paro programado por los pueblos del sur, para el 19 de julio será la tercera toma de Lima, y ella pregunta ¿“cuántos muertos más quieren”?.

Mientras ella amenaza, Otárola miente y su jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, no hilvana frases coherentes para zafarse de las interrogaciones del Ministerio Público por las muertes extrajudiciales en las protestas, Dina Boluarte sigue pensando que solo las balas acabarán con las protestas, no muestra nada de mea culpa de nada, para ella todos estamos en el país de las maravillas, aquí  no pasa nada, no hay carreteras bloqueadas, no hay movilizaciones, no hay paros, o sea, Puno no existe, no es del Perú, todos felices, todos contentos. Es el país que quiere Dina Boluarte.

En esta fecha por el Día del Padre que ayer se celebró en el país, no pudo haber sido el mejor momento para dedicarle por los menos algunas palabras de autocrítica y un mensaje de arrepentimiento, de sus errores a los padres de familia que murieron por las balas en las protestas, por su terquedad de no renunciar, por lo menos un mensaje de mea culpa, pero no, quizás para ella el mejor mensaje es preguntar “cuantos muertos más quieren”, y creo que es momento de recordarle a Aristóteles, “El hombre es esclavo de sus palabras y dueño de su silencio”, que su silencio encubra sus errores y su desidia con el pueblo peruano.

Son seis meses de gobierno donde ella misma dice que se las pasaron de bomberos, apagando el fuego de las protestas provocadas por ella misma, seis meses de promover la corrupción que en un principio quiso combatir, pero pudo más la tentación al poder y gobernar sin bancada, solo con el apoyo de un congreso pusilánime, alejado de las necesidades de un pueblo que los eligió pero que ahora, miran a otro lado, están con un alto índice de desaprobación y pugnan por aprobar la bicameralidad para quedarse como senadores, no parece mirarse en espejo para saber si tienen autoridad moral o no, ambos poderes juegan en pared y el pueblo es el triste espectador. Sometido al temor y a las mentiras, qué pena Perú.

Análisis & Opinión