Moquegua al 2020

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Es complejo realizar una prospectiva de la economía de la región si no tenemos una información actualizada de sus variables pues estas solo están actualizadas por el Banco Central de la Reserva del Perú a setiembre y el Instituto Nacional de Estadística e Informática al III trimestre del presente año. Asimismo, para la prospectiva de lo que podría ser el próximo, tómanos como referencia el artículo de Semana Económica “Economía 2020: ¿un año igual (de malo)?”, en la que nos señala que internacionalmente la turbulencia Norteamérica – China continuará sin llegar ser tan áspera y antagónica, el país del norte crecerá el 2%, la del otro continente lo hará en 5%, uno de los más bajos crecimientos de las últimas décadas, como es nuestro interés que ellos crezcan para cotizar mejor nuestra materia prima que en nuestro departamento son los minerales. La deducción es clara, los precios seguirán en donde están, mejorando tímidamente en algunos trimestres.

De otro lado Latinoamérica pasa por periodos de bajo crecimiento y en alguna recesión combinados con inflación y depreciación de la moneda. El Producto Bruto Interno (PBI) decrece en casi todos los países colombinos. El nuestro también ha bajado a 2% y aun así está mejor que el promedio de los otros. Como dijo un escritor pasaremos a tiempos de colera y de ajustes. Esta parte del continente vive consecuencias de la mala aplicación de los modelos, tanto de derecha, izquierda o de centros, hoy los estudios indican que la desigualdad social es el caldo de cultivo de las polarizaciones en especial a los que endiosaron al mercado como solucionador de las dificultades, en este escenario están México, Colombia, Chile y Argentina. En otros, la crisis está en el manejo omnímodo del poder, la permanencia de la corrupción con corrosión institucional, el deterioro de la democracia, se ubican con diferentes matices Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador y Nicaragua entre otros. Latinoamérica perdió su oportunidad por el síndrome holandés y ahora no estamos seguros el modelo que necesitamos.

Semana Económica señala que solo estabilizaran la economía la inversión pública y los resultados de la minería. La inversión pública decrecerá por las confusas expectativas políticas y por el desprestigio de sus principales empresarios. La inversión pública podría ser mejor de lo que fue el presente año pues los gobiernos regionales y locales no alcanzaron las metas porque todo el año estudiaron lo que era la cosa pública. Si algo aprendieron es seguro que el 2020 deberá tener mejores resultados.

De otro lado se asegura que dos proyectos empezaran: Corani y San Gabriel, se vaticina que la libra del cobre se moverá en promedio en 2.60 US$ siguiendo la tendencia del año presente. El mineral que si estará bien cotizado es la onza de oro. El consumo personal no se incrementará debido a la continuidad del empleo cachuelo que se ejemplifica con la muerte de dos jóvenes en Mac Donald. Las exportaciones versus importaciones mantendrán una diferencia corta en la Balanza Comercial.

Moquegua hasta el III trimestre del presente año tenía un Valor Agregado Bruto (VAB) de 8,720.787 miles de soles y el presente año podría estar incrementando un 2% en un escenario no tan positivo según las tendencias de la información del INEI hasta el III trimestre 2019. Así que tenemos que interanualmente (Oct 18-Set 19) el sector agropecuario creció en 11% en el periodo interanual fundamentalmente por el incremento del sector pecuario y la demanda interna para el consumo, lo mismo ocurrió con la pesca artesanal que creció 213% motivado por la presencia en los desembarcaderos de pescado fresco para consumo humano directo. Hemos visto más en la mesa de ventas al bonito, albacora, jurel y caballa.

La actividad minera se contrajo hasta el mes de setiembre en 3% por la baja producción de cobre, plata, oro y molibdeno. Contrariamente a lo anterior a la manufactura metalúrgica si creció en 1.5% y definitivamente la producción de pesca fabril es casi inexistente. Las exportaciones tienen una mención aparte, interanualmente a setiembre esta creció en 41% por la producción tradicional de minerales y no la no tradicional de productos químicos y productos agropecuarios.

El 2020 podría ser mejor que el presente año si la inversión pública es más efectiva, no lo ha sido en el presente, pero se entiende que el año perdido es de aprendizaje. Los acuerdos con Anglo América Quellaveco (AAQ) si en el próximo año se cumplen tendrán un efecto multiplicador primero por la captación de trabajadores y proveedurías locales, el tema no solo pasa por la predisposición de la empresa, también de las calificaciones y homologaciones de los trabajadores y empresas regionales que deberán tener.

Una concertación de voluntades para el caso nos favorece a todos. Un proyecto emblemático que podría empezar es la Irrigación de las lomas de Ilo, que daría punto de partida de inversión en agro exportación a comienzos del 2021. Sánchez Cerro, la elevación de la productividad minero – metalúrgica acrecentando las exportaciones, Quedan en el limbo los acuerdos con Bolivia hasta que se cristalice su futuro.

En concreto requerimos crecer a por lo menos el 5% para asegurar ingresos aceptables para la población y un empleo más sostenible. Caso contrario el desempleo, los sueldos y salarios, las expectativas se deslizarán por la senda del negativismo. El horizonte debería a cambiar o hacerla más equitativa la estructura productiva de Moquegua.

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