POR: RODRIGO LLOSA SANZ
En 1863 el naturalista Antonio Raimondi llegó a Mollendo y encontró ruinas de un poblado sobre el barranco. Conocía el Mapa del Perú que lo mostraba, publicado un año antes por su amigo Mariano Paz Soldán. Tres minutos luego, Antonio llegó al pie del barranco donde halló numerosos ranchos de pescadores en la playa. Traían agua de un manantial.
Lleva a preguntar ¿en qué momento se arruinó ese poblado? No es el que dibujó el francés Joseph Lartigue en 1823 debajo del barranco con casitas orientadas circularmente, haciendo entender -además- que no existía la primera playa que conocemos ahora. Cabe anotar que para el ferrocarril y el muelle hubo voladura de promontorios. Tren y barcos requerían comodidad.
Diversos autores encontramos datos salpicados de lo que realmente sucedió en Mollendo antes de inaugurarse el ferrocarril en 1871. A fines de 1700s fue sin duda puerto y a inicios del 1800s también lugar de cabotaje, vinculable a acciones realistas intercaladas con Quilca en la etapa de Independencia.
Cartas del ingeniero del gobierno peruano Gerrit Backus al contratista Enrique Meiggs en 1868, esclarecen que fue idea de la supervisión estatal sugerir no construir un muelle de fierro y madera en Mejía (donde planeó el ingeniero estatal Federico Blume ubicar puerto, ciudad y estación principal del eje Arequipa – La Costa), sino modificar con pólvora las peñas alrededor de la isla que llamamos Ponce para la formación de un muelle que demostró utilidad como desembarcadero de equipos y materiales. Por ello es inadecuado apodar a Meiggs fundador. Al año siguiente, para evitar el contagio de la fiebre amarilla en el puerto de Islay, el ministro de Hacienda y Comercio, Nicolás de Piérola, autorizó que los vapores ingleses de la compañía de navegación puedan desembarcar en el Mollendo que se iba consolidando antes de inaugurarse el tren.
Algunos autores confunden al lector al decir que el anterior Mollendo, el de 1700s, estuvo en otro sitio. No es cierto, es la misma zona geográfica. El muelle para el ferrocarril estuvo al costado de la caleta de Mollendo que hoy llamamos Quebrada de los Perros, antaño Quebrada de la Maestranza, cuyo nombre original fue Mollendo que en puquina significa lugar de los molles. Igual que la quebrada de Matarani da nombre a toda una población ya separada del origen.
El chovinismo de lugares con orgullo ha querido darle misticismo como lugar de los mullus, conchas ceremoniales, argumentando que no hay molles. No se enteraron que durante décadas diezmaron bosques enteros en sus lomas. En ello hay una posibilidad de reivindicación con proyectos que las revaloricen con reforestación estudiada.
A quienes sostienen que el puerto de Chule arruinado en 1600 fue Mollendo, basados en la apresurada visita de Raimondi del 1800s y del mapa de Olmedilla que confunde ríos a fines del 1700s, les sugiero estar al tanto de próximas publicaciones basadas en mediciones de línea marina y documentos del propio 1500s. Chule no fue solo el nombre de una caleta, sino de un sector amplio que incluía también a lo que hoy llamamos Ensenada y Mejía. Si el litoral de Mollendo cambió en 200 años, ¿por qué no el de sus vecinos?