POR: ENRIQUE LAZO FLORES
Para la mayoría que siguió de cerca el mensaje de la presidenta Dina Boluarte por el 28 de julio, al margen de ser un mensaje muy largo – de tres horas y seis minutos de duración – fue percibido de frío, populista y sin contexto real de los acontecimientos, salvo, el hecho de haber pedido perdón a los familiares de los muertos en los meses de enero a marzo, y que literalmente reconoce la responsabilidad de los hechos de sangre, lo que en un comienzo dijo que ella no reconocía nada, y no dijo de cómo resarcirlos, y segundo, anunciar que había sido observada la ley aprobada por el Congreso sobre las confesión sincera y que no habrá impunidad, o sea, ni ella misma se lo cree que va tener que responder de los más de sesenta muertos, hechos de sangre que manchó su imagen como la primera presidenta en la era republicana del país, lo demás fue un discurso más sin ningún mensaje que llegue al pueblo.
Se le vio a una presidenta muy segura de sí, mientras se mostraba serena en todo momento, incluso cuando esperaba parada firmemente el transcurso de la misa Te Deum, pero cuando tomó asiento, cerró los ojos en señal de cansancio, es que no era fácil mantener la postura erguida, forzada y “le faltó aire” para seguir con su postura de orgullosa, sonriente y vanidosa.
Para los analistas políticos, el mensaje de Dina fue una muestra más de ser un gobierno débil, sin fuerza, vanidosa, donde se evidencia que adolece de contundencia y con algo de orfandad política, ya que en realidad no cuenta con un apoyo de ningún congresista, salvo las Fuerzas Armadas y el Congreso que ya feneció, aunque en este mensaje.
Se pudo apreciar que va a buscar un acercamiento para seguir manteniendo la opción de llegar al 2026 y como una muestra de ello es, que no habló nada del adelanto de elecciones. Tampoco los congresistas hablaron nada de eso ni antes como una propuesta del mensaje ni después del mensaje, lo que significa que, para ambos no les conviene hablar porque quieren seguir hasta el 2026, mientras que, en las calles y algunas regiones del país, hubo movilizaciones de protestas y negaciones al pedido de perdón de Dina Boluarte, una muestra que un grueso de la población, sobre todo de Puno, no le cree.
En un nuevo escenario político nacional, este nuevo Congreso tampoco refleja confianza, porque el mismo presidente de la Mesa Directiva tiene varias denuncias e investigaciones en curso, y para algunos ya están presagiando que Alejandro Soto Reyes sería vacado antes de los seis meses, lo que se confirma que en el interior del Congreso se ha desatado toda una guerra de ambiciones de poder; ya lo tienen fríamente calculado y preparado, y en el supuesto escenario de vacancias, significaría que vacado el actual presidente del Congreso, asumiría al cargo el fujimorista Hernando Guerra García y en lugar de este, asumiría Cerrón y en el supuesto caso que vaquen a Dina Boluarte, como parece será así, Guerra García sería el presidente del país y Cerrón sería el presidente del Congreso y así todos tranquilos y todos felices. Quedaría bien repartida la torta llamada Perú.
EL GRAN OLVIDO DE DINA
Su mensaje adolece de anuncios importantes y está marcado por grandes “olvidos”, lo remarco porque cuando habla de cifras para cualquier ciudadano llama la atención, más aún, cuando dice que hubo actos de violencia y causó daños económicos directos estimado por la Defensoría del Pueblo, en más de 5,500 millones de soles, pérdidas de 2,500 millones de soles en la producción y 3,000 millones de soles en daños a la infraestructura, en este contexto, ¿Dina se olvidó de la pérdida de millones causado al sector minero?, o, a propósito no lo mencionó, soslayando que en buena cuenta quienes finalmente pagan las deudas sociales es la minería, y no tomó en cuenta que el sector minero paga prácticamente el 20% de los impuestos en el Perú y el 10% del PBI, las empresas proveedoras aporta el 4%, beneficiando a 1.6 millones de personas con la creación de empleo formal y bien remunerado, ¿no tomó en cuenta?, o no lo quiso reconocer.
No reconoce que el crecimiento económico es fundamental para el cierre de brechas sociales, lo cual ha sido demostrado con las inversiones mineras que permitieron disminuir el nivel de pobreza al 20% en 2019, aunque ésta recientemente aumentó a 28% como consecuencia de la pandemia y del poco eficiente manejo de los recursos por los gobiernos regionales y locales, a ello debemos sumar lo que el Ministerio de Energía y Minas informó que al cierre del 2023, se espera la ejecución de 647 millones de dólares de inversión, referente a proyectos en cartera y de acuerdo a la actualización de la Cartera de Proyectos de Inversión Minera 2023, elaborada por la Dirección General de Promoción y Sostenibilidad Minera, señala que para el año 2024, se espera la ejecución de inversión en cartera de 1,213 millones de dólares.
Debe tenerse en cuenta que la actualización de la cartera contempla 46 proyectos mineros con una inversión de 53,130 millones de dólares, con el objetivo de alcanzar la puesta en marcha operativa e iniciar actividades mineras con la explotación y beneficio en los siguientes doce años.
En la actualidad se cuenta con 8 proyectos con una inversión conjunta de 12,167 millones de dólares, 16 proyectos en etapa de prefactibilidad con 21,013 millones de dólares, 13 proyectos en etapa de factibilidad con 12,508 millones de dólares, 7 proyectos en etapa de Ingeniería de Detalle con 6,851 millones de dólares y 2 proyectos en etapa de construcción con 591 millones de dólares. (datos Minem y revista Proactivo).
TÍA MARÍA SIGUE EN ESPERA
El proyecto Tía María viene desde hace más de 20 años y representa una inversión de 1,400 de dólares millones, lo que significa el 41% del valor de los nuevos proyectos mineros y se calcula que generaría 120,000 TM/año de cobre refinado, siendo considerado como un gran aporte al desarrollo económico de la región Arequipa y del país, teniendo en cuenta que la prioridad de la minera es contratar mano de obra local para cubrir los 9,000 puestos de trabajo, 3,600 puestos directos y 5,400 indirectos, además de generar el canon minero de 300 millones para la región Arequipa.
Como se ve, una millonaria inversión que beneficiaría no solo a la región Arequipa, Moquegua o al sur, sino, al país en su conjunto, Dina Boluarte no puso a la minería en su mensaje presidencial “olvidándose” que en sus manos tiene el recurso económico que le soluciona los problemas económicos que afronta el país, craso error de una nueva imagen de Dina, con harta dosis de mostrarse como una vanidosa diva reflejando su satisfacción narcisista.