POR: MIGUEL ARTURO SEMINARIO OJEDA (DIRECTOR DEL MUSEO ELECTORAL Y DE LA DEMOCRACIA DEL JURADO NACIONAL DE ELECCIONES)
Mercedes Cabello de Carbonera es una ilustre moqueguana, nacida el 7 de febrero de 1845, y fallecida en Lima, el 12 octubre de 1909, generalmente es conocida por la huella que dejó en la literatura, olvidándose que fue una de las pioneras en la lucha por los derechos de la mujer.
Alrededor de 1875, las mujeres empezaban a reflexionar y a escribir en “El álbum” revista semanal fundada por Juana Manuela Gorriti y Carolina Freyre de Jaimes, sobre “leyes que les restaban dignidad”, oponiéndose en cierta forma, a la jerarquía impuesta por el orden patriarcal, que las confinaba a tareas domésticas.
Sin embargo, estas mujeres reflexivas, tropezaban con la desidia de muchas mujeres que no se preocupaban por emanciparse, y de hombres que eran los que hacían las leyes. En medio de todo, no faltaron hombres que visionaron el progreso peruano, incorporando a la mujer en el proceso de desarrollo, aunque había los que recelosos de verse afectados en su protagonismo, se incomodaban por el ascenso de la mujer, a planos hasta entonces dominados por los varones. En el archivo histórico de la Universidad de San Marcos existen varias tesis en las que se propone igualdad ciudadana para las mujeres, tesis defendidas por varones.
Por su parte Mercedes Cabello de Carbonera fue clara al señalar que “el grado de civilización de los pueblos se medía por los conocimientos que las mujeres conseguían” para esta autora, la emancipación de la mujer estuvo ligada a la educación, por eso el sistema educativo debería transformarse. De esta manera, cuando se le concedieran derechos ciudadanos, el voto femenino no estaría restringido a las mujeres letradas.
La lucha por los derechos de la mujer en Mercedes Cabello de Carbonera, giraban alrededor de la educación. No era partidaria de dar derechos políticos a la mujer, pues la práctica política no se relacionaba con la mujer; o quizá en el fondo sabía que su participación en la lucha por sus derechos era una realidad indetenible, y nada la detendría hasta conseguir lo anhelado.
Mercedes Cabello de Carbonera era consciente del crecimiento de la mentalidad renovada de los hombres a nivel mundial, al hacerse concesiones a la mujer en diferentes planos, en diversos países. Para Mercedes Cabello de Carbonera, abogada de la educación femenina, la “cuestión femenina” se reducía a la ilustración de la mujer, al menos, en esos momentos, y esto reforzaría en el futuro la conquista del voto femenino.
El grupo Feminismo Peruano, fundado por Zoila Aurora Cáceres en 1925, estuvo mayoritariamente integrado por maestras y estudiantes universitarias. Miguelina Acosta Cárdenas, en 1920 se graduó de doctora en jurisprudencia con la tesis “Las reformas necesarias, tendentes a hacer efectiva la igualdad civil y jurídica del hombre y de la mujer” o sea que se reconozcan a la mujer derechos ciudadanos.
En 1908 Elvira García y García, defendió el derecho a la instrucción, e incluso afirmó; “La mujer puede disputar al hombre todos los puestos públicos”. Era partidaria de que “La mujer debe y puede seguir todas las carreras liberales”. En Lima hay instituciones educativas, con los nombres de ambas.
Entre 1860 y 1879, se experimentó en el Perú lo que Cristóbal Aljovín de Losada y Marcel Velásquez conocen como Reforma Educativa Liberal, haciendo conocer que las religiosas de la Sociedad del Sagrado Corazón, durante el gobierno de Manuel Pardo asumieron la conducción de un colegio de niñas, y de la Escuela Normal de Mujeres.
Eran tiempos en los que Mercedes Cabello de Carbonera, influida por el positivismo, defendió el derecho de la mujer a la educación y al trabajo, como lo manifiesta en el artículo “Importancia de la literatura”, y en Veladas literarias de Lima entre 1876 y 1877. En esa misma revista, Teresa Gonzales de Fanning, escribió que la mujer estaba considerada a ser paria de la humanidad, cuando debería preparársele para ser parte activa del progreso social; el artículo se tituló “Trabajo para la mujer”.
