POR: MIGUEL ARTURO SEMINARIO OJEDA (DIRECTOR DEL MUSEO ELECTORAL Y DE LA DEMOCRACIA DEL JNE)
La mujer peruana tiene un lugar bien ganado en la guerra de la independencia, las peruanas brillan con luz propia en la gesta libertaria, y aunque el reconocimiento de algunas de ellas ha sido algo tardío, la figura de María Parado de Bellido ha estado por siempre presente, desde los días de su sacrificio.
Sabemos, que María Andrea Parado de Bellido, nació un 5 de julio, en Huamanga en año no definido, y murió fusilada en Huamanga, el 11 de mayo de 1822, hace 200 años. Su nombre figura entre los de las pocas heroínas peruanas de la independencia que ha recogido la historia, pero a través de ella se honra a los cientos de mujeres patriotas que lucharon y entregaron su vida por el Perú, como esta mártir de la independencia.
Era una mestiza quechua-hablante, hija de Fernando Parado, y de Jacinta Jayo. Ella fue protagonista de la historia durante el tiempo que el general San Martín estuvo en el Perú; exponiendo su bienestar y el de su familia, y entregando su vida sin delatar a otros patriotas partidarios de la libertad. Casó a los 15 años, con el negociante Mariano Bellido, después empleado de correos en Cangallo.
Su esposo y uno de sus hijos fueron patriotas desde el comienzo de la gesta sanmartiniana, incorporándose Tomás al ejército patriota, cuando a fines de 1820, el general Álvarez de Arenales llegó a Huamanga, y posteriormente estuvo entre los montoneros patriotas liderados por Quiroz Lazón, cuya actuación, como la de otros guerrilleros fue reconocida por el general San Martín.
Su esposo y su hijo Mariano, estuvieron con los montoneros, que apoyaban a las fuerzas del general José de San Martín. Si bien tras la ocupación de Lima por el ejército patriota, y la retirada del virrey La Serna hacia el Cusco, se proclamó la independencia del Perú en 1821, los realistas no iban a retirarse del territorio virreinal, muy tranquilamente, pese a conocer del deseo de los peruanos de ser libres.
El general realista José Carratalá había establecido su cuartel general en la ciudad de Huamanga, buscaba contactar con los realistas de Ica, pero cuando se enteró, que estos resultaron victoriosos en el encuentro de La Macacona, no salió de Huamanga, con la intención de aniquilar a los guerrilleros que apoyaban el ejército patriota.
María Parado de Bellido era tan patriota como su esposo y sus hijos, y a ellos les enviaba cartas informándoles de los movimientos realistas en Huamanga, y finalmente las noticias llegaban hasta el dirigente Quiroz. Cuando los realistas llegaron al pueblo de Quilcamachay los patriotas no estaban, y uno había dejado olvidada en una chaqueta, una de las cartas enviadas por María Parado de Bellido a su esposo, el 26 de marzo de 1822, lo que fue llegó a conocimiento de Carratalá.
María parado de Bellido fue apresada el 30 de marzo en Huamanga y sometida a interrogatorio, sin lograr que delate a los patriotas, y ni siquiera la tortura la hizo hablar, pese a que ella sabía del riesgo que corría, ante esta negativa, Carratalá ordenó su muerte por fusilamiento, sin que nada quebrante la decisión ya tomada por ella.
Fue fusilada en la pampa o plazuela del Arco por el pelotón de fusilamiento destinado para dar cumplimiento a la sentencia. A María Parado de Bellido no le hace falta un monumento de palabras, su gloria sigue en la memoria colectiva de los peruanos, y es uno delos íconos femeninos de mayor difusión en el país.