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Las lluvias diluviales de 1983, la sequía y las elecciones municipales de ese año

En 1983 ganó como alcalde de Moquegua, en la provincia de Mariscal Nieto, el italiano Giuseppe Baldi Cogo, del Partido Popular Cristiano. Fue alcalde de la provincia de General Sánchez Cerro, Alberto Josafat Quilca Castillo; y del Concejo Provincial de Ilo, Julio Ernesto Díaz Palacios.

POR: MIGUEL ARTURO SEMINARIO OJEDA (DIRECTOR DEL MUSEO ELECTORAL Y DE LA DEMOCRACIA DE LA DNEF DEL JURADO NACIONAL DE ELECCIONES)   

Quienes estábamos nacidos y con edad para grabar los sucesos en 1983, recordamos vivamente lo acontecido ese año, siendo con toda seguridad, dos los sucesos de mayor repercusión e impacto entre los peruanos y peruanas: las lluvias diluviales, la sequía, y las elecciones municipales programadas ese año.

Desde 1980 se había retornado a la práctica de la democracia, después de una década de haberse interrumpido, puesto que, aunque se votó para elecciones de la Constituyente de 1978-79, recién en 1980 pudo elegirse para presidente constitucional, y tras asumir el gobierno, el presidente Belaunde Terry, convocó a elecciones, siendo las próximas las de 1983, de acuerdo a la Constitución y a la ley electoral.

En el Perú no se habían experimentado lluvias diluviales desde 1925 y 1926, y si bien se había registrado manifestaciones del fenómeno El Niño en varios años, ninguno tenía la intensidad de lo vivido tras la celebración del Centenario de la Batalla de Ayacucho.

El norte fue afectado por aguaceros que espantaban con cifras de horror, desbordes, de ríos, inundaciones urbanas, corte de carreteras, formación de una gran laguna en el desierto de Sechura, destrozos en los terrenos de cultivos, plagas, escasez de alimentos, enfermos, heridos, muertos, desaparecidos, y un país que enfrentaba los brotes del terrorismo, en la sierra principalmente.

Las elecciones municipales de Perú de 1983 se realizaron, en todo el Perú el 13 de noviembre de 1983, conforme se había convocado oportunamente se eligió a los alcaldes distritales y provinciales que ejercerían el cargo entre 1984 y 1986, tal como ocurrió en el departamento de Moquegua. Ni siquiera la amenaza terrorista contra los ciudadanos evitó el desarrollo de las elecciones, salvo en las provincias de Víctor Fajardo, Cangallo y Huanta.

Ese año en Perú se experimentaba una crisis económica galopante, con ese fenómeno El Niño que afectó al sur con una gran sequía, y tanto fue el daño causado, que no faltaron, quienes comparando la historia del Perú con la del siglo anterior, se atrevieron a  denominar a 1983, como el peor año vivido en el Perú, desde el protagonismo de la Guerra con Chile de 1879-1883; y paralelamente se destacaba que con las elecciones municipales de 1983, aparecía en el Perú un nuevo rostro electoral, con toda seguridad como andinización de la política, en el sentido que se destacaba del escenario principal a los grupos de poder tradicionales, y en algunos lugares, a las familias que lo representaban.

En Piura las lluvias habían empezado a sentirse desde octubre de 1982, y se manifestaron con regular fuerza desde noviembre de ese año, arreciando con fuerza inusitada al año siguiente, para finalizar en junio de 1983, con ese saldo que hizo tambalear al presupuesto nacional aprobado para el año del desastre.

A los alcaldes elegidos les tocó ejercer el gobierno local, asociados a la reconstrucción, a la puesta en marcha de medidas para la previsión de efectos devastadores por causa de la avenida de las aguas, a enfrentar la sequía, y a proponer planes de trabajo que diferían de los gobiernos locales anteriores, donde no se priorizaba este aspecto.

En 1983 ganó como alcalde de Moquegua, en la provincia de Mariscal Nieto, el italiano Giuseppe Baldi Cogo, del Partido Popular Cristiano. Fue alcalde de la provincia de General Sánchez Cerro, Alberto Josafat Quilca Castillo; y del Concejo Provincial de Ilo, Julio Ernesto Díaz Palacios.

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