Habían transcurrido más de 40 años desde la apertura ferroviaria del incipiente puerto de Mollendo hacia la atrayente Arequipa, cuando empieza la transformación urbana de esta ciudad del mar, con la presencia cada vez más de construcciones de concreto armado, piedra de cantería, rieles y cemento importado en barricas Portland, Alsen y el Romano.
Se puede percibir indudablemente la influencia europea, sobresaliendo el neoclásico francés tardío, anglosajonas, art decó, ya que quienes las construyeron trajeron las innovaciones de la Francia decimonónica.
Las cartelas fueron un componente importante en estas edificaciones, son una especie de tarjeta de presentación de la residencia y parte de la ornamentación que se colocaba en la parte alta del frontón. Algunas contenían una inscripción o un emblema, otras poseen un atractivo exorno floral. Hay quienes afirmaban que nuestros antepasados le daban un toque nobiliario fantasioso, pero debo afirmar que ellos dejaron esta señal tal vez con la idea de recordarlos para la posteridad, “para que no los olviden”.