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La primera foto

Tres candidatos que van del centro a la derecha conservadora, populista y de mano dura, y una candidata de izquierda que tiene como propuesta un cambio radical del modelo político y económico del país.

POR: MAURICIO AGUIRRE CORVALÁN   

Todavía de manera incipiente, pero a seis meses de los comicios presidenciales ya se empieza a perfilar el escenario electoral. Falta que se realicen las elecciones internas en los partidos, varias candidaturas cantadas todavía no se oficializan, pero los resultados de las dos encuestas publicadas en los últimos días nos dan una idea de quiénes finalmente terminarán disputando el sillón presidencial.

Ipsos y el IEP difieren un poco en los números, pero coinciden en los cuatro que parten primeros en la intención de voto. George Forsyth, Verónika Mendoza, Keiko Fujimori y Daniel Urresti. Es cierto que todavía es muy temprano para sacar conclusiones, pero lo interesante de esta primera fotografía es que nos permite ver el perfil de candidato que parece estar buscando el elector.

Tres candidatos que van del centro a la derecha conservadora, populista y de mano dura, y una candidata de izquierda que tiene como propuesta un cambio radical del modelo político y económico del país.

George Forsyth es primero en ambas encuestas. Está claro que un porcentaje de electores apuesta por un rostro nuevo en la política, hartos de las denuncias de corrupción que envuelven a la mayoría de líderes de los partidos. A eso hay que sumarle que se trata de un candidato joven y carismático con una buena capacidad de llegada al elector. Se presenta como un líder honesto, pragmático y alejado de posturas ideológicas.

Todos estos son argumentos importantes para buscar el voto del elector decepcionado, pero es una incógnita si eso será suficiente para seguir creciendo en intención de voto, o el votante le exigirá que lo convenza de que tiene real capacidad para gobernar el país. Su paso por la Municipalidad de La Victoria lo convirtió en presidenciable, pero su gestión poco exitosa podría terminar siendo su talón de Aquiles.

Keiko Fujimori todavía no es candidata, pero todo indica que lo será, y a la luz de los últimos hechos y dichos de la lideresa fujimorista, su padre Alberto Fujimori tendrá un papel relevante en la campaña. Más allá de los procesos por el caso Odebrecht, la clave del fujimorismo parece estar en recuperar el albertismo en busca de los votos del fujimorismo de los 90. La tarea por hacer, sin embargo, será captar el voto joven y pelear el espacio del populismo y la mano dura con Daniel Urresti.

Salvo que aparezca un candidato radical, Verónika Mendoza será la candidata que aglutinará las banderas de la izquierda. Lo más probable es que su campaña esté marcada por el mismo discurso del 2016, que estuvo a punto de colocarla en la segunda vuelta. La diferencia está en que cinco años después, ese discurso radical parece tener un escenario más propicio.

Es cierto que no son los únicos candidatos, que se trata de la primera foto electoral y que hay mucho camino por andar, pero será una elección en la que más allá de las caras bonitas, los discursos radicales y el populismo, estará en juego la validez del modelo.

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