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La muerte del genocida Abimael Guzmán

POR: ABOG. CÉSAR MARÍN CÁCERES  

El sábado, en una celda de la Base Naval del Callao, en donde cumplía condena de cadena perpetua fue encontrado sin vida Abimael Guzmán Reinoso a los 86 años edad, murió a las 6.40 a.m. un día antes de que se cumpla 29 años de su captura por parte de agentes del GEIN el 12 de setiembre de 1992.

Los agentes de esa unidad especializada hicieron esta importante captura sin utilizar violencia, hecho que significó el inicio del proceso de paz en el Perú frente a la violencia terrorista. Lo cual contribuyó a que en el artículo 140 de la Constitución de 1993 se incluya se solo se puede aplicar la pena de muerte por el delito de traición a la patria en caso de guerra y el de terrorismo, y como Abimael Guzmán había sido capturado en el año 1992 y sus hechos por lo que se le acusa eran de años anteriores no se le pudo aplicar dicha pena.

Para remontarnos a la historia recurrimos al  libro de Luis Jochamowitz “VLADIMIRO” en la página 77  y siguientes  se refiere a la captura a la  que ese día 12 de setiembre de 1992: “Un aparato de cincuenta hombres tomaron por asalto  el escondite los cuales estaban  a mando de  Benedicto Jiménez, sonaron varios tiros y ráfaga de metralleta, pero todos  fueron al aire, pero nadie salió herido en el segundo piso encontraron a un hombre gordo vestido de negro con barba y  pesados anteojos, unos afirman que lo primero que dijo fue “Me tocó perder”, Ketín Vidal quien había llegado al lugar de los hechos poco después dijo:  En la vida hay que saber ganar y saber perder y Guzmán reconoció esta vez me tocó perder.

Para obtener mejores condiciones en su encierro que era de por vida a un año de la captura ya había firmado las cartas de capitulación que supuestamente marcarían el fin de la guerra, Vladimiro Montesinos lo visitaba constantemente le llevaba libros, papel y pluma, más horas de luz y cualquier pequeño detalle que hiciera menos inconfortable en una celda estrecha Montesinos pensaba escribir un libro escrito en mitades por ellos dos Abimael y Vladimiro, el libro de la guerra y la paz en el Perú.

A Montesinos solo le faltaba el libro que sería su consagración, pero Guzmán tuvo que esperar la caída del gobierno de Fujimori, que es cuando Montesinos ocupaba una celda cercana al de Abimael, pensar que la celda que los mantenían en prisión como la estrechez de la celda, las paredes sin ventanas o tener que defecar de cuclillas fue diseñada de acuerdo a las sugerencias de Montesinos, ahí se puede apreciar lo irónico que es la historia.

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