POR: JORGE ACOSTA ZEVALLOS (ECONOMISTA DEL CEOP ILO)
Preguntamos a la Inteligencia Artificial (IA) sobre la pesca en Moquegua y nos contesta: “La región de Moquegua se encuentra ubicada en la costa sur del Perú y cuenta con una importante actividad pesquera. Esta actividad es fundamental para la economía regional, ya que genera empleo y contribuye a la seguridad alimentaria de la población.”
Agrega que los “Principales aspectos de la pesca en Moquegua:
Tipos de pesca: La región cuenta con pesca artesanal y pesca industrial. La pesca artesanal se realiza de manera manual o con embarcaciones pequeñas, mientras que la pesca industrial utiliza barcos de mayor tamaño y tecnología más avanzada.
Especies capturadas: Las principales especies capturadas son la anchoveta, la caballa, la merluza y el bonito. Estas especies son destinadas tanto al consumo humano directo como a la producción de harina y aceite de pescado.
Infraestructura pesquera: Moquegua cuenta con puertos pesqueros, muelles, plantas de procesamiento y otras instalaciones que apoyan la actividad pesquera en la región.
Normativa y regulación: La pesca en Moquegua se rige por la normativa nacional y regional, que establece cuotas de captura, vedas y otras medidas para asegurar la sostenibilidad de los recursos pesqueros.
Retos y oportunidades: Entre los desafíos se encuentran la necesidad de mejorar las condiciones laborales de los pescadores, promover la pesca sostenible y reducir el impacto ambiental de la actividad. Las oportunidades incluyen el desarrollo de la acuicultura y la diversificación de productos pesqueros para mercados especializados.
En resumen, la pesca es una actividad económica relevante en Moquegua, que enfrenta tanto retos como oportunidades para su desarrollo sostenible en la región.”
Lo dejamos allí no más. La IA no es todavía acertada ni contundente y se equivoca en varios temas. Lo afirmado por la IA sobre la pesca en Moquegua es, a todas luces, desfasado y solo verificable en alguna de sus partes.
La realidad de Moquegua es otra. Hace tiempo dejamos de ser uno de los primeros productores de harina de pescado, depredamos la flora y fauna marina sin sostenibilidad, y los proyectos de acuicultura en las escasas lagunas y ríos son un fracaso total. Lo mismo ocurrió con la maricultura que, a pesar de la ejecución de proyectos con ayuda internacional y financiamiento del Estado, fracasó desde su inicio.
Las normas no se cumplen y los intereses particulares prevalecen. Se extrae del mar, sin piedad ni sentimiento, todo lo que se puede. Los estudios e investigaciones son escasos y desfasados.
A pesar de todo, la pesca artesanal sigue vigente y aporta productos para la alimentación. No falta un día de la semana en que dejamos el pollo para nutrirnos del rico pescado o marisco. Mantenemos en nuestra lista culinaria los platos bandera que se niegan a desaparecer, como el ceviche, el pulpo al olivo, la parihuela de pescado de peña, el escabeche de bonito, entre otros.
¡Ay de aquellos tiempos en que se producían en Ilo conservas, pescado congelado y seco! ¡Ay de aquellos tiempos en que la tolina o chanque, el erizo marino, el pulpo, el calamar, el pejerrey, el pejesapo, la cabinza, el tomollo, la cojinova, el lenguado, las machas, las almejas, los machetes, el cau cau, el cochayuyo y los barquillos abundaban en nuestro litoral y eran parte de la dieta diaria!
En este Día del Pescador solo pedimos a ellos, a San Pedro y a Dios que iluminen la inteligencia real, no la artificial, de los trabajadores del mar y los funcionarios, para que no maten a la gallina de los huevos de oro (el mar). Que piensen que, si depredan el mar hoy, estamos condenados al hambre del mañana.
Y, por supuesto, dejar de pensar que los ríos, lagos y mares no son solo para extraer el recurso hidrobiológico, sino también para sembrarlo. Si lo hacemos con los pollos, ¿por qué no podemos hacerlo con los pescados y mariscos? En todos los casos, ¡Feliz Día del Pescador! ¡Te recordamos por siempre, amigo Toribio!