POR: ABOG. ÁNGEL A. ROJAS ROSALES
Y la Junta Nacional de Justicia (JNJ), si, esta institución que emite comunicados en defensa de la Fiscal Suprema, destituida por el Congreso de la República, Zoraida Avalos, señalando que este es una mera opinión, desconociendo por completo el principio de imparcialidad que debe observar en su rol constitucional de nombramiento, destitución o ratificación de jueces y fiscales; o cuando asumiendo el papel de intérprete de la Constitución, interpretó (valga la redundancia) el artículo 156° de la Constitución Política del Perú valiéndose de un pronunciamiento de SERVIR para permitir que uno de sus miembros, específicamente Inés Tello, permanezca como miembro pleno de la Junta pese a contar en la actualidad con 78 años de edad, con la anuencia de los demás miembros de la Junta, lo que es abiertamente contrario a lo dispuesto por la ley, la misma que le permite estar solo hasta los 75 años.
Circunstancia que ha dado lugar a que la Congresista Patricia Chirinos presente una denuncia constitucional en contra de la JNJ y por consiguiente la Comisión de Justicia del Congreso de la República la investigue, pero lo que es la vida y como está da vueltas, este mismo ente, que criticó o se pronunció en contra de la destitución de Avalos, haciendo gala de la doble moral, nunca emitió un pronunciamiento en contra de la destitución del ex Fiscal de la Nación Pedro Gonzalo Chávarry, asimismo, critica el rol fiscalizador del Congreso, pero tampoco hizo pronunciamiento alguno sobre el inconstitucional e ilegal cierre del Congreso por parte de Vizcarra, he allí la doble moral, sin embargo, hoy se victimiza y llora por su investigación e inminente destitución a manos del Congreso, desconociendo adrede lo establecido en el artículo 157° de la Constitución Política del Perú, el mismo que le da visos de legalidad al primer poder del Estado para investigar y sancionar a esta organismos constitucionalmente autónomo, dicho sea de paso, abiertamente politizado.
Ahora bien, el origen o mejor dicho la causa de esta dual actitud no es otra que el sesgo y la conveniencia política, quizás haciendo eco de aquella frase atribuida a Benito Juárez: “Para mis amigos todo, para mis enemigos la ley”.
Pero volviendo a los que hacen gala de tan nefasta actitud, tenemos, por ejemplo, a los defensores de Pedro Castillo (no necesariamente tiene que ser este personaje, puede ser otro), los mismos que en su afán de defensa a ultranza del otrora presidente y poniendo en práctica su doble moral, nunca cuestionaron ni cuestionarán (pese a ser evidentes) sus orígenes filo senderistas hasta su accionar delictivo cuando presidente, desde el hallazgo de los veinte mil dólares en los servicios higiénicos de Bruno Pacheco, hasta las coimas de Salatiel Marrufo, Sada Goray o el accionar de la cuñada hija, entre otras perlas presuntamente delictivas, para lo cual esgrimen excusas que van desde lo risible hasta lo absurdo.
Sin embargo, eso sí, caído este personaje de trajines policiacos, ahora se rasgan las vestiduras y hasta hacen señalamientos, marchas y desmanes contra la presidente actual del país, vía sucesión constitucional, Dina Boluarte, tildándola de usurpadora, pese a que ellos mismos la eligieron en la plancha presidencial de Perú Libre; asimismo la llaman asesina y hasta la han denunciado por genocidio, por los muertos producto de las revueltas post golpe de estado, sin embargo, hacen mutis por los veinte muertos durante la huelgas suscitadas por el alza de combustible durante el cortísimo gobierno de Castillo, por citar tan solo un ejemplo.