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La demora de las transferencias a los gobiernos regionales y locales

POR JORGE ACOSTA ZEVALLOS (ECONOMISTA DEL CEM)  

Ante el anuncio que el Plan “Punche Perú” transferiría presupuestos para el gobierno regional y gobiernos locales la gobernadora regional y alcaldes de Moquegua acudieron raudamente al lugar de la convocatoria que realizaran los ministros del actual gobierno y por supuesto algunos llevaron bajo el brazo proyectos para buscar financiamiento, sin embargo grande seria su sorpresa que el dinero ofrecido primero saldría de sus propias canteras presupuestales y segundo, serian adelantos de transferencias para ejecutar los programas y proyectos asignados en el presupuesto del presente año.

Por desconocimiento de lo que es “Punche Perú” la decepción se convirtió en rabieta y vergüenza por haber sido utilizados por el gobierno nacional desprestigiado y cuestionado en todos los rincones del país.

La pregunta que se deriva por tanto ¿Qué es Punche Perú”? La respuesta está en las normas de su creación y publicidad que pocos han leído y menos analizado.

Categóricamente es un Plan, no es un fondo, programa u otro concepto, que tiene el objetivo de tomar medidas de reactivación rápida (según sus autores) que están agrupadas en tres ejes: 1) Reactivación de la economía familiar, 2) Reactivación regional y 3) Reactivación sectorial.

El primero es la conjunción de los programas actuales de la ayuda social ante la inflación; el segundo, es el asesoramiento a los gobiernos locales y regionales en su gestión y facilitar la transferencia de las partidas presupuestales; el tercero, de reactivación sectorial es la continuidad de programas como Reactiva Perú, el FAE y otros programas de ayuda social.

Es decir, el punche no es dinero fresco, sino un uso centralizado de los recursos públicos que en manos del gobierno central se convierten más en clientelismo para justificar su perpetuidad.

Lo que si debe preocupar a los gobernantes regionales y locales son las transferencias que se demoran en llegar a sus arcas presupuestales e impiden planificar contar con efectivo para el los gastos corrientes y de inversión.

Un caso notorio es lo que sucede con el Gobierno Regional de Moquegua (GORE) pues según la página amigable del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) lo importes transferidos autorizados al 25 de marzo del presente año solo son 43 millones de soles que del total presupuestado modificado para esta región (716 millones de soles) solo representan el 6% lo que representa un monto muy bajo.

De esta manera, asegurar las compras a proveedores, pagos a la planilla de las obras no se puede realizar de manera inmediata. No tan afligida es la situación de los gobiernos locales del departamento de Moquegua, pero si es preocupante.

Los gobiernos locales de la provincia de Mariscal Nieto tienen trasferencias autorizadas por un monto de 131 millones de soles lo que representa el 33% del total de su presupuesto ampliado (403 millones de soles).

En la misma situación están los gobiernos locales de la provincia de Ilo a los que solo se les transfiere 48 millones de soles del total de su presupuestado ampliado (195 millones de soles) y representa el 25%. Sin embargo, los gobiernos locales de la provincia de el General Sánchez Cerro están un poco mejor pues se les asigna 43 millones del total del presupuesto ampliado (69 millones de soles) y representa el 63%.

La situación amerita tomar el toro por las astas y el vehículo para transitar tiene que tener gasolina y ya estamos con 1,528 alertas por los desastres naturales y el gobierno central ha mencionado que no tiene plata, se suma el anuncio de un nuevo fenómeno del Niño costero y un Niño global.

Por lo pronto están normando para que los gobiernos locales y regionales utilicen las partidas de canon minero para atender los efectos de los desastres naturales.

Es decir, el gobierno central le tira la pelota a las regiones y provincias y se guarda su punche para asegurar su alicaída estabilidad. Por lo pronto, aseguremos que las transferencias presupuestales se cumplan con rapidez y prontitud, no vaya a ser que después no digan “no tenemos plata” porque no ingresan los impuestos y salvase quien pueda.

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