Se evidencia la falta de un trabajo articulado entre la Unidad de serenazgo y la Policía Nacional, quienes deberían estar haciendo una vigilancia permanente, sobre todo en el casco urbano de la ciudad.
La dirigente vecinal, Gregoria Bernal, indicó que existen puntos críticos como el malecón costero por inmediaciones del ex muelle Hayduk, donde pulula gente del mal vivir, quienes piden dinero a las personas que pasan por el lugar, lo cual es peligroso para las personas y turistas que circulan por la zona.
Otro de los hechos que lamentó, es que no están funcionando los semáforos en la ciudad, originando un problema vehicular y peatonal.
Asimismo, el comercio ambulatorio se ha incrementado, al igual que los bares y cantinas que generan contaminación sonora al no respetar el horario establecido.
También existen problemas con las áreas verdes de parques y plazas que se están secando, por la falta de mantenimiento y descuido por parte de los responsables.
Estas anomalías que aquejan a la ciudad no son controladas por la oficina de Servicios a la Ciudad de la Municipalidad Provincial de Ilo (MPI).
Bernal, cuestionó a la vez, la labor de los regidores, quienes no están cumpliendo con su trabajo de fiscalización, viéndose perjudicada la población.