POR: GUSTAVO VALCÁRCEL SALAS
El 11 de noviembre de 1814 el pueblo de Moquegua liderado por Bernardo Landa Vizcarra proclamó espontáneamente su independencia. Movimiento que se realizó luego que en agosto estallara la revolución cusqueña liderada por los hermanos Angulo, no tardó en expandirse por el Alto Perú. Tomaron La Paz a fines de setiembre, mientras otra expedición al mando de Mateo García Pumacahua el 9 de noviembre ocupaba la ciudad de Arequipa.
Bernardo Landa, que se desempeñaba como jefe militar de la villa de Moquegua, se unió a la revolución y proclamó la independencia de Moquegua.
Contaba con el apoyo de una columna de soldados armados con artillería llegados de Arequipa. Pocos días después se suman otros del Alto Perú, liderados por el cura Ildefonso Muñecas, José María Cherveches y el cusqueño José Astete que huían de La Paz, que a sangre y fuego había sido reconquistada por los realistas.
Los revolucionarios tomaron la villa de Moquegua. Empezó a difundirse que los rebeldes apresarían y confiscarían los bienes de los vecinos que tenían origen español. Quienes pertenecían a la aristocracia local y los que pretendían serlo, temerosos de la represión se refugiaron en los claustros del amplio Colegio Franciscano de Propaganda Fide, que fue sitiado por los rebeldes amenazando con ingresar al claustro.
Moquegua estuvo un mes en poder de los revolucionarios. Un contingente acantonó al ingreso de la población, en Yaracachi, listos para intervenir si fuera necesario.
En el colegio se había refugiado el obispo Luis Gonzaga de la Encina y Perla, que en agosto había venido en santa visita pastoral. Era un español de sólida preparación académica; reconocido por su elocuencia y persuasión; obstinado difusor de ideas reaccionarias y monárquicas, llegaba al extremo de pregonar que el rey se identificaba con Dios y que la lucha por la libertad alejaba a los pueblos de la salvación eterna.
El obispo convence a doña Viviana de la Flor, esposa de Landa, para que influya en su marido y se retracte, y que no tomarían represalias contra él ni la familia. Con el mismo tono admonitorio se dirige a doña María del Carmen Márquez diciéndole que sus hijos mayores, Tomás y Bartolomé Nieto que estudiaban en el seminario San Jerónimo de Arequipa, tenían “el grave defecto de ser adictos a la causa de los insurgentes”.
Convencido Landa, lidera la contrarrevolución y con el apoyo de algunos pobladores termina apresando a Cherveches y a José Astete. Los envió a la ciudad de Arequipa y más adelante serían fusilados. El cura Muñecas logró fugar a Puno. El 15 de diciembre el pueblo de Moquegua retornó a la tranquilidad.
Landa fue premiado con el nombramiento de gobernador subdelegado y comandante militar de la villa de Moquegua y puerto de Ilo. En 1821 se uniría al ejército de Miller y sería su más eficiente colaborador; apresado por los realistas fue fusilado en el Huayco el 20 de julio de 1822.
Por este acto heroico que tuvo el pueblo el 11 de noviembre de 1814, a la villa de Moquegua se le tributó un homenaje en el Congreso el 19 de enero de 1823, se le concedió el título de ciudad.