POR: JORGE ACOSTA ZEVALLOS (ECONOMISTA DEL CEM)
Ha terminado la Conferencia Internacional sobre el Cambio Climático, denominada COP26, 200 países participantes en Glasgow (Escocia) aprobaron un documento y en él se aprecia la voluntad de frenar el incremento de la temperatura de la tierra a 1.5 grados, sin embargo es insuficiente, la fuerte oposición de los países productores de energía de carbón y combustibles fósiles añadieron a los acuerdos la “reducción progresiva” de estos elementos que van en contracorriente ante la emergencia de transitar al uso de energías limpias para asegurar que nuestro plantes sobreviva.
A pesar de la decepción de los ambientalistas, algunos avances son rescatables, 120 líderes de los países (el 90%) se comprometieron a detener e invertir la deforestación al 2030. 100 países establecieron acuerdos para reducir las emisiones de gas de efecto invernadero al 2030.40 países, varios de ellos, altos consumidores de carbón, acordaron abandonar el carbón que es uno de los mayores contaminadores con el CO2.
Por el lado del sector privado s anuncio que 500 empresas de servicios financieros internacionales acordaron dirigir el 40% de los activos financieros del mundo a implementar los acuerdos de Paris para limitar el calentamiento global a 1.5 grados Celsius, Se firmo también la Declaración de Glasgow en la que 100 ciudades, estados y grandes empresas se comprometen a eliminar la venta de motores de combustión interna al 2030, 13 de ellos se comprometen a ya no producir vehículos pesados que utilizan los combustibles fósiles (petróleo) al 2040. Otros 11 países han sido más consecuentes y han creado la Alianza Mas allá del Petróleo y Gas (BOGA) para fijar ya la fecha de finalización de la exploración y extracción del petróleo y gas en sus territorios.
Como se aprecia el tema ambiental está en la agenda internacional y por supuesto en cada parte y localidad del mundo. Estamos contaminando tanto el planeta que este se está calentando demasiado y alterando el clima, la naturaleza y la vida misma. Para impedirlo, todo depende de nosotros, persistir en defender el ambiente y que toda actividad productiva o de servicio sea responsable.
Moquegua e Ilo principalmente tienen al respecto una gran experiencia ambiental. Los que recordamos la década del 60 al 90 fuimos testigos de la agresión ambiental fue extrema y alarmante, se propalaban humos contaminantes, las escorias y relaves eran depositados en el mar, se priorizaba el uso del agua en favor de las extractoras de recursos y en detrimento de la agricultura entre otros.
Todo esto ocurría porque no había normas y los gobiernos de turno no tenían políticas ambientales. Las movilizaciones con propuestas se dieron en esta tierra. Logramos insertar en el país la Agenda XXI, aprobar en el Congreso legislaciones ambientales y hasta la creación del Ministerio del ambiente, De nuestros lares mucho cemento salió para esta construcción, nos orgullecemos de ello.
El tema ambiental sigue en la agenda departamental, ahora son más variadas y también más afectivas. Sigue el tema de los ríos, el mar, los residuos, las reservas naturales, los estudios de impacto.
Por ejemplo, la generación de residuos sólidos de Moquegua es elevada proporcionalmente al corto espacio territorial que tenemos, las tres provincias en el 2020 generaron 42 mil toneladas de residuos sólidos municipales.
General Sánchez Cerro genera 0.63 kilos diarios por habitante, Ilo 0.60 y Mariscal Nieto 0.70. La economía circular de reparar, reutilizar y reciclar todavía no es una política municipal y regional eficiente.
Los efectos del COVID 19 nos dieron la lección que requerimos transitar al uso de energías limpias, uso racional del agua, proteger al mar de la basura, depositar los desperdicios en envases, proteger nuestras reservas naturales, cuidar nuestros nevados cordilleranos y cada acto de nuestra vida debe tener una cultura ambiental perpetua. ¡Cuidar la casa es cuidar el planeta!