POR: GUSTAVO VALCÁRCEL SALAS
Ilo conmemora un año más de su elevación a provincia gracias a las gestiones que en su momento hicieron los diputados por Moquegua José Caro Cosío y Enrique Rivero Vélez. Ley que estando lista para promulgare se frustró con el golpe de Estado de 1968 y terminó haciéndose realidad dos años después.
Esta antigua aspiración del pueblo ileño se inicia con la propuesta que en 1958 presentara al Congreso el senador Alfonso Ghersi Ordóñez. No fue aprobada porque entonces Ilo no reunía los requisitos que se exigían para ser elevado a provincia.
Mientras tanto, los diputados tacneños, uno de los cuales fue el conocido ileño Pedro Valle Medina, elevan la propuesta de la creación del distrito de Ite, alargando desmedidamente los límites tacneños hasta Punta Icuy, que fatalmente se convierte en ley en junio de 1961, cercenando así en cerca de quince kilómetros la costa ileña.
Ante este abuso, en octubre de este año el diputado José (Pepe) Caro Cosío insistió con la creación de la provincia de Ilo. En su planteamiento señalaba que el límite con Tacna debía ser la Punta Alfarillo, más de diez kilómetros al sur de Punta Icuy y a cinco de Punta Picata. Comprendían las lomas de Alfarillo y Talamolle, que se incluían dentro de Moquegua, como siempre lo estuvieron y así lo indicaban los documentos oficiales de 1960, límites vigentes cuando se aprobó la ley de Ite. Este proyecto también fue rechazado y archivado con el golpe de Estado de 1962.
Restaurada la democracia, en agosto de 1963 nuestro diputado Enrique Rivero Vélez actualiza la propuesta de Pepe Caro y solicita el pronunciamiento de la Sociedad Geográfica de Lima. Esta institución en un minucioso y bien sustentado informe, absolvía los reparos de 1961, y con el apoyo de peritos del Instituto Geográfico Militar en 1965 determina que el límite debía ser Punta Picata, cinco kilómetros al sur de Icuy.
Proyecto que tuvo dictamen favorable en la comisión congresal correspondiente, pero en marzo de 1968 fue observado porque los límites se superponían con los ya aprobados para Ite.
Luego de una década de postergación de esta legítima aspiración ileña, estando en un año electoral, ante la perspectiva de un cambio de gobierno y apremiado por la necesidad de crear la provincia, Rivero no tuvo otra alternativa que admitir los límites tacneños. Entonces el proyecto fue aprobado en junio de 1968 y estando listo para su promulgación el golpe de Estado del 3 de octubre lo frustraba nuevamente.
Finalmente, en 1970, Fernández Maldonado desempolva el proyecto de Rivero y lo promulgan con un decreto contradictorio. En el considerando señalan “que el pronunciamiento de la Sociedad Geográfica de Lima es favorable a tal creación”. Aluden al documento que gestionó Rivero y que precisaba que el límite debía ser Punta Picata. Es decir, el decreto se sustenta en un informe que no lo aplica, no recoge el sustento técnico.
A diferencia de las democracias, en las dictaduras las leyes se imponen, sin debatirlas, al capricho del gobernante. Si algo se puede achacar a Fernández Maldonado es que debió recuperar esos límites. Era la ocasión propicia, porque desempeñaba un alto cargo dentro de la dictadura militar que, en medio de sus arbitrariedades, había hecho cera y pabilo de la Constitución, y pudiendo hacer que prevaleciera el planteamiento técnico de la Sociedad Geográfica, no lo hizo.
Los verdaderos gestores y autores de la creación de la provincia de Ilo fueron José Caro Cosío y Enrique Rivero Vélez. En un auténtico y estricto acto de justicia, es a ellos a quienes debemos rendir nuestro homenaje y reconocimiento en esta ocasión.