POR CHEF JULIANNA TOKUNAGA
Cuando le preguntaban a mi padre, don César Tocunaga, por qué no le apetecía viajar a otros lugares y, en su lugar, vivía y disfrutaba su día a día en su fundo cuidando celosamente al olivo, el monumental y más longevo de América, él respondía sin titubear que todo lo que le gustaba se encontraba en Ilo y no tenía ninguna razón para buscarlo en otro lugar. Allí estaba el mar, mi madre, su gran amor; sus entrañables amigos y cantores; las Lomas, el valle y sus olivos, que eran su razón de ser.
Y es así que desde pequeñas nos enseñó a amar nuestras raíces, costumbres y tradiciones.
UNA COCINA CON IDENTIDAD
El amor por mi tierra ha estado presente en cada uno de mis pasos, en los pequeños y en los grandes logros que incluso a mí me sorprenden.
No nací en una cuna dorada, pero me enorgullece decir que provengo de una familia decente, de probada moral y principios marcados, donde la lealtad y el buen nombre se cuidan como el tesoro más preciado. Por eso, cada peldaño que he escalado en mi carrera es un tributo al esfuerzo y la dedicación.
Cuando terminé mis estudios gastronómicos, tuve la oportunidad de desarrollar mi profesión siguiendo las tendencias de moda o inclinándome a la innovación, pero decidí volcar mi pasión culinaria aprendiendo más y difundiendo la cocina de mi región, y del puerto que me vio nacer. Esa cocina sencilla, de matices caseros, donde el mejor ingrediente es el amor que le pones al prepararla, un amor que te transporta a tus lugares queridos como es para esta apasionada cocinera su Ilo puerto de ensueño tesoro del Perú.

UN HOMENAJE DESDE LA COCINA
Este 2025, mi puerto bonito está cumpliendo 55 años de fundación como provincia y decidí rendirle homenaje abriendo al público “Abtao 677”, un restaurante de casa con platillos sencillos, donde el principio básico es “servir generoso” y lo hice pensando en mi gente, en poder darle a su memoria paladar, un poquito de sus recuerdos, de sus hogares, de la comida que mamá preparaba cuando llegabas del colegio, del trabajo o de jugar.
ORGULLO POR LA TIERRA NATAL
Es por eso, que quise volver la mirada a lo más querido, que es mi terruño.
Alguna vez me preguntaron por qué, si había estudiado en la mejor escuela internacional de gastronomía, preparaba “papa rebozada y comida tradicional del sur”, y la respuesta es sencilla: me gusta cocinar comida cuya historia conozco, porque amo mi cultura, porque adoro mis raíces porteñas, porque estoy feliz y orgullosa de hacer conocer mi tierra, sus costumbres y tradiciones, y llevarlas al sitial que hace tiempo les corresponde.
Porque yo salí de Ilo, pero Ilo nunca saldrá de mi corazón. ¡Que viva, Ilo señores, que viva su historia y su gente!