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21 noviembre, 2024 5:54 pm

Ilo: cuaderno de bitácora [2p]

“El mal en nombre del bien sigue siendo el mal. Y cuando bailas con el diablo rara vez puedes escoger la melodía.” – Milton Friedman.

POR: CESAR A. CARO JIMÉNEZ    

En la vida, es común encontrarse con personas que tienen buenas intenciones pero que carecen de la capacidad o el conocimiento necesario para llevar a cabo lo que prometen o escoger el camino correcto. Es verdad que la gran mayoría de ellas quiere ayudar y hacer el bien, pero a veces, sin tomar conciencia plena de ello, terminan causando más daño que beneficio, salvo algunos cuantos que, llevados por malsanos intereses económicos, desinforman o procuran engañar –lo que muchas veces consiguen–, impulsando espejismos o proyectos que no corresponden a la realidad, por lo que tarde o temprano acaban fracasando.

Fracaso que ha dado lugar a la conocida frase: “El camino hacia el infierno, el odio y la venganza está pavimentado con las llamadas buenas intenciones”. Es fácil decir que se quiere ayudar o contribuir de forma positiva, pero si no se actúa con responsabilidad y conocimiento, se pueden generar consecuencias desastrosas.

En el ámbito de la economía, por ejemplo, es fundamental comprender cómo funcionan los procesos y las dinámicas económicas. Si se actúa únicamente con buenas intenciones, pero sin entender las implicaciones de nuestras acciones, podemos provocar efectos negativos en la economía y en la sociedad en general.

El mal, por otro lado, implica una determinación moral, una intención y un pensamiento consciente. El malvado actúa de forma deliberada, con la intención de hacer daño o causar sufrimiento a los demás. Por otro lado, el “imbécil” o “cafre” actúa de forma impulsiva, sin razonar ni pensar en las consecuencias sociales de sus acciones. ¡No les interesa la verdad, tan solo sus intereses!… Y cuando no pueden deformar la misma, intentan descalificar la idea tratando de desprestigiar a quien las defiende, algo que observamos que ocurre mucho en nuestro medio.

Por ello, en un mundo lleno de odio y resentimiento, es importante reflexionar sobre nuestras acciones y las motivaciones detrás de ellas. ¿Estamos actuando con buenas intenciones, pero sin la capacidad necesaria? En definitiva, es fundamental tener en cuenta que las buenas intenciones no siempre son suficientes.

Es necesario actuar con responsabilidad, conocimiento y empatía hacia los demás, para evitar caer en el camino del odio, la venganza y la destrucción. Solo así podremos construir un mundo mejor para todos y por ello me atrevo a hacer –una vez más–, públicas mis observaciones respecto a ciertas obras y proyectos, ligadas con la modernización del puerto de Ilo y la posibilidad de que la SPCC obtenga la concesión del puerto de ENAPU, recordando además que en el contrato de Toquepala, –luego ratificado en el de Cuajone–, se especifica que el terminal o muelle que administra es “en tanto tengan vida útil las minas”. (En aquellos tiempos no se fijaban periodos determinados).

Y aquí nuevamente reitero la pregunta: ¿Estamos actuando con buenas intenciones, pero sin la capacidad necesaria? …Y me temo que la respuesta es positiva, tanto en mi caso como en el de otros amigos y personajes que opinamos sin tener, aparte del nivel profesional requerido, la experiencia y conocimiento del caso, situación que solo podremos superar en la medida que dejemos de nombrar una y otra comisión y que realicemos diversos eventos que tan solo permiten que desde hace años estemos corriendo en el mismo sitio.

¿Por qué no pensamos en efectuar verdaderas consultas en las que se consideren aspectos económicos, técnicos y sociales de una manera integral y no como ocurre hasta la fecha, lo que da lugar a la aparición de propuestas descaminadas o muy cerca a la estafa de parte de ciertos medios y personajes financiados por intereses no muy santos? ¿Por qué no se solicita a la Autoridad Portuaria Nacional que, en mérito a los convenios existentes con diversas entidades similares, como por ejemplo la de Barcelona o Hamburgo, se procure hacer uno para que efectúen un estudio completo de las posibilidades del puerto de Ilo?

Ello nos permitirá dejar de decir sandeces y encontrar la verdadera ruta hacia el progreso de Ilo. Ruta que, querámoslo o no, pasa por encontrar acuerdos con las grandes empresas que desarrollan y/o desarrollarán actividades productivas en nuestro ámbito geográfico. La sociedad civil debe encontrar la manera de dialogar positivamente con el sector privado de tal manera que el mismo se comprometa con los desarrollos locales y regionales, aparte de darle en cantidad y plazos determinados valor agregado a los recursos extractivos no renovables que explotan, protegiendo a plenitud el medio ambiente.

Y también, para evitar en lo posible las majaderías de ciertos medios y diletantes personajes, buscar también asesoramiento para conformar un verdadero centro de investigación que permita que nuestros políticos, –cosa que dudo–, estén bien informados y que traten de lograr que el departamento de Moquegua se convierta en una región piloto en todo lo relacionado a educación de calidad, inteligencia artificial y energías limpias y renovables, a la par que se moderniza el puerto y se hace realidad el Corredor Ferroviario Bioceánico Central.

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