POR: JULIO FARFÁN VALVERDE
A más de un año del vergonzoso hallazgo de bebidas alcohólicas en la sala de operaciones del Hospital Regional de Moquegua, la Contraloría General de la República ha informado que el caso ha sido archivado. La razón: no se emitió un pronunciamiento oportuno por incumplimiento funcional ni por la presunta falta grave de consumo de alcohol en horario de trabajo.
El escándalo se destapó el 24 de febrero de 2024, cuando una enfermera de turno diurno descubrió que su colega Nancy Inchuña Ccallata y los médicos anestesiólogos Héctor Saavedra y José María Rivera mostraban signos de haber ingerido alcohol. La profesional revisó los tachos de basura sin encontrar evidencia, pero al inspeccionar el área de residuos sólidos, halló un arsenal de bebidas alcohólicas abiertas: 39 latas de cerveza, 7 bolsas de sixpack, una tapa de licor tequila y 3 chapas de cerveza.
La indignación no tardó en desatarse, y la entonces directora del hospital, Dra. Idania Mamani Pilco, renunció a su cargo. Su reemplazo, la Dra. Mirtha Huertas de Reynoso, designó al abogado Ciro Cuadros Luque como Secretario Técnico, cuya gestión terminó siendo clave en la impunidad de los responsables.
INACCIÓN Y PRESCRIPCIÓN DE SANCIONES
Según la Contraloría, el informe de vista de control N°002-2025-OCI/0829-SVC confirma que la «inacción en la etapa de precalificación e investigación previa» permitió la prescripción del Proceso Administrativo Disciplinario (PAD) al haber transcurrido más de un año sin que se adoptaran medidas.
El descontrol en la Secretaría Técnica no se limitó a este caso. El mismo informe revela que varios expedientes en el PAD del hospital no fueron debidamente seguidos ni se controlaron sus plazos, lo que ha llevado a la prescripción de más procesos dentro del nosocomio.
DESPEDIDOS UNOS, PREMIADO OTRO
Lejos de aplicar sanciones ejemplares, el director del Hospital Regional, Dr. Kokenson Vilca, ha despedido a los abogados de la Secretaría Técnica, pero sorprendentemente no ha tomado ninguna medida contra el exencargado Ciro Cuadros Luque, responsable directo de la inacción en el proceso.
Más alarmante aún es que, según la Resolución Directoral N° 032-2025-DIRESA-HRM/DE, uno de los médicos implicados en el consumo de alcohol, José María Rivera, ha sido premiado con la jefatura del Departamento de Anestesiología, Centro Quirúrgico y de Consulta Externa.
La impunidad y el encubrimiento parecen haberse instalado en la administración del hospital, mientras la comunidad se pregunta: ¿quién responde por la grave negligencia en un centro de salud que debería garantizar seguridad y profesionalismo en la atención médica?