Haggard: metal sinfónico neoclásico en Lima

Esta banda basa sus letras en grandes personajes y eventos históricos como Nostradamus, Galileo Galilei, la peste negra y son cantadas en alemán, inglés, italiano, español y latín.

POR: JURY BAYLÓN DELGADO

Aún recorre Latinoamérica desde hace un mes, en una de sus giras más extensas. Se ha presentado en Brasil, Chile, Perú, Bolivia, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Honduras y México, en este último país viene tocando en 17 conciertos. Me refiero a la banda alemana Haggard, una de las formaciones de metal sinfónico neoclásico más importantes del mundo.

UN MOLLENDINO DETRÁS DE LA ORGANIZACIÓN

En noviembre de 2022 la banda anunció su gira, pero no se habían definido fechas y países; muchos, teníamos sentimientos encontrados. Por una parte, deseábamos ver por primera vez a Haggard en Perú, pero también existía la duda (razonable) que no tendría mucha acogida o que algún promotor no se atreviese porque no es una banda comercial dentro de la escena metal en el Perú.

La incertidumbre se despejó y la productora peruana PMC Shows, liderada por el mollendino Paul Almonte Fernández, decidió asumir el reto para presentarlos el 15 de junio en el Centro de Convenciones Barranco, Lima. La respuesta fue muy significativa.

Así tuve el incomparable placer de estar presente en primera fila (literal) para escuchar, ver y sentir la fascinación de tener al frente a esta banda que añoraba desde hace más de 20 años.

PERO ¿QUÉ HACE ATRACTIVA A HAGGARD?

Haggard sale del formato convencional de una banda de metal o rock. A la rudeza y fuerza del death metal, que en sus inicios tuvo y que algunos toques selectos le quedaron en la actualidad, le agregaron componentes clásicos y sinfónicos con interpretación en vivo. Es como ver a una orquesta sinfónica con la potencia del metal.

Algo más cautivante y cultural, son sus letras basadas en grandes personajes y eventos de la historia mundial, como Nostradamus, Galileo Galilei, la época de la peste negra, y escenas de un mundo medieval en guerra, canciones que no solo cantan en alemán, sino también en inglés, italiano, español y cómo no, en latín, haciéndola completa, amplia, vasta.

La majestuosidad se corona con la performance de su line-up, que puede llegar a 16 músicos en vivo, aunque para esta gira se presentaron 11 integrantes. Desde la guitarra (eléctrica y acústica), voz gutural y liderazgo de Asis Nasseri, pasando por la guitarra de Claudio Quarta, hay además un bajo, batería, una soprano, dos violines, un violonchelo, una flauta traversa, un órgano y una voz femenina invitada.

Con Asis Nasseri y Claudio Quarta en el “meet and greet”.

VAMOS AL CONCIERTO

Luego de una larga espera desde el mediodía, participé junto con los primeros de la fila del “meet and greet” con la banda, fotos, autógrafos, más fotos, sonrisas, más fotos. Algo destacable fue notar la sencillez y cordialidad de los integrantes ante el requerimiento febril de los fanes.

El espectáculo se inició a las ocho de la noche y duró casi dos horas y media, en él plasmaron 16 canciones de sus cuatro álbumes: “And Thou Shalt Trust… The Seer” (1997), “Awaking the Centuries” (2000), “Eppur Si Muove” (2004) y “Tales Of Ithiria” (2008).

Un inicio discreto con “In a Fullmoon Procession”, para sentir poco a poco la energía y la potencia del metal combinadas con la delicadeza y armonía de la música clásica con temas como “Tales of Ithiria”, “The Observer” entre otros, hasta que llegó uno que, con su intensa entrada de violines y la voz soprano de Janika GroB y el tenor y también bajista Frank Schumacher, hizo vibrar a los asistentes: “Per aspera ad astra”, un tributo a Galileo Galilei. Siguieron las fabulosas canciones “Heavenly Damnation / The Final Victory” y “Upon Fallen Autumn Leaves” en donde nuevamente Janika nos deslumbró con un “solo” como en “Eppur si muove”, robándose los aplausos de los que asistimos al recinto barranquino.

Una melodía tradicional sueca medieval desbordaba al público: “Herr Manneling”. Sin saber mucho italiano, la gente coreaba. El fragor de la noche fue más agitado cuando Asis bajó del escenario e interactuó con el público mientras seguía tocando su guitarra. Las fotos, los selfies, los videos, los abrazos y la exaltación fueron plasmadas para el recuerdo.

El sonido melancólico de la flauta de Hanka Osifová daba apertura a un tema extenso, oscuro y profético en donde se aprecia el latín, inglés y alemán: “In a Pale Moon’s Shadow” de su primer álbum.

Luego de una pausa regresaron. Como lo habían hecho en otros países, su setlist incluía la interpretación del himno nacional. La gente se emocionó, aplaudía y cantaba; pero yo no entendía, pues esa “excitación patriótica” era risible, mientras que unos cantaban “En su cima los andes sostengan…” otros en simultaneo coreaban “Largo tiempo el peruano oprimido…”. Parece que no hemos aprendido la lección.

Una vez más, los violines dieron paso al magnífico y barroco “Awaking the Centuries”, una verdadera joya musical con sus cambios de ritmos, melodías suaves y aceleradas, y la alta complejidad de su composición, como son la gran mayoría de sus temas.

El concierto cerró con el cover “Hijo de la Luna” del grupo español Mecano, interpretado por la mexicana Lulyta Garza que acompañó la gira. Ahora todos corearon.

Parte sinfónica.

PARA VERLOS NUEVAMENTE

Fue muy gratificante concretar el deseo guardado de ver a Haggard y también fue agradable haber conocido en el concierto a Yisus Benites, Jesús Silva, César Monterroso, Fer Ayala entre otros con los que entablamos cordial amistad.

Es que la relación del metal con la música clásica siempre va a crear amalgamas perfectas, potentes y sensibles, independientemente de los fundamentalismos, Haggard lo demuestra… Eppur si muove.

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