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Hacia las energías limpias y renovables

La salida más salomónicamente es la diversificación del uso de otras energías como el gas, los vientos y la energía solar.

POR: JORGE ACOSTA ZEVALLOS (ECONOMISTA)      

El calentamiento global y la actual pandemia nos está orientando hacia nuevas reglas en la producción de energías, estas deben ser saludables, limpias y renovables. El grado de contaminación ambiental, los desequilibrios ecológicos, las pandemias y la explotación sin límites de los recursos naturales en los organismos científicos ha determinado la obligatoriedad de no producir la energía eléctrica con combustibles y carbón de origen fósiles por ser nocivos a la vida y la naturaleza.

Las nuevas fuentes deberán tener como fuente de su creación a los vientos, los mares y la energía solar. Ellas van en primer lugar, en segundo lugar, el gas y las bio gasíferas. El Perú se ha comprometido ante las instituciones internacionales colocarse rápidamente en ese escenario de producción de energías limpias y saludables.

Internacionalmente esta necesidad sin embargo no ha sido asumida plenamente por las grandes potencias como EEUU y la China. A pesar de ello, fuerzas políticas y científicas internas cada vez más influyen a revestir esta postura troglodita ante un futuro de alternaciones climáticas y caldo de cultivo de las enfermedades.

Nuestro país por sus condiciones naturales tiene una producción eléctrica no basada en las energías no renovables como el petróleo y el carbón. Lo nuestro tiene fuente de origen energético el agua, el gas, el sol, los vientos.

Así tenemos por ejemplo que la producción total de energía en el mes de febrero del presente año el mercado fuente de Energía Hidroeléctrica fue de 3,012 GW hora representando el 65% del total, en segundo lugar se ubicó la Energía Termoeléctrica con 1,255 GW hora lo que represento el 28% del total, en tercer lugar se ubica la Energía Eólica con 144 GW hora representando el 3% del total y cuarto esta la energía solar con 64 GW hora siendo solo el 1% del total de la producción nacional de energía.

Si bien es importante la energía hidroeléctrica para el país y debería ser más extensiva y masiva, no lo es porque es la más frágil porque solo está producida por una o un poco más de centrales de este tipo como la Central del Mantaro.

Como esta se basan en almacenamiento del agua en grandes represas y con su caída mueven las turbinas, su debilidad esta precisamente en el agua que es muy variable, torrentosa, abrupta sin límites en algunos casos. La demostración de los afirmados es lo ocurrido con la Central de Macchu Picchu que los huaycos lo destruyeron. En nuestro caso con la represa de Aricota es singular porque dejo hace años de funcionar por la reducción drástica del caudal acuífero.

La salida más salomónicamente es la diversificación del uso de otras energías como el gas, los vientos y la energía solar. Respecto a las termoeléctricas el gas de Camisea se constituye en una buena fuente para el incremento de la generación de energía con grandes termoeléctricas desplazando a las que todavía utilizan el carbón en estas producciones. Lo mismo debería ocurrir con la energía solar y de los vientos que comparativamente con las dos primeras están muy lejos de sus porcentajes, siendo estas las más limpias y renovables.

El sur en este caso está más diversificado que el centro, norte y oriente, en nuestra región la producción es más variada, así tenemos que en energía eólica por los vientos esta es de 49 GW hora, la hidráulica es 395 GW hora, 64 GW hora es solar y 46 GW hora es térmica. Y esto que creemos que estos indicadores son cuestionables, dudosos o desactualizados porque con grandes Termoeléctricas Kallpa y Engie en Arequipa y Moquegua el 46 GW hora la estadística del Ministerio de Energía y Minas (MEM) se queda corto, lo mismo pasa si sumamos todas las centrales solares de Tacna, Moquegua y Arequipa la data de 64 GW hora del MEM se queda corto.

Lo dejamos como un paréntesis y proseguimos en la afirmación que la política energética de los próximos años tiene que diversificar la fuente de la producción de energía hacia las más limpias, saludables y renovables. Lo exige la orden suprema de la colectividad mundial que debemos eliminar el calentamiento global porque si lo dejamos los efectos serán apocalípticos.

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