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25 noviembre, 2024 3:24 am

Entre la corrupción y conspiración

Ahora que este gobierno se desmorona paradójicamente es la oposición la que mantiene a Castillo por conveniencia. Si lo vacan, el plan de copamiento y de prolongación en el poder de los opositores se viene abajo.

POR: JULIO FAILOC RIVAS   

Visto los audios de la vergüenza, que transitan desde la corrupción hasta la conspiración, como superando aquel mensaje de Manuel González Prada “… el Perú es un organismo enfermo: donde se pone el dedo, salta la pus”, hoy asistimos en nuestra querida y dolida Patria lo innecesario de poner el dedo para que brote pus a borbotones.  El país ha sido gangrenado por lo más miserable de su “clase política”, alimentada por la ambición desmedida de poder de la presidenta del Congreso y de la indiferencia de los peruanos.

Sin embargo, empezamos a dudar si los de ahora son peores (o tal vez más sinvergüenzas), porque los otros, al ser descubiertos, huyeron despavoridos con el jefe de la mafia que a los pocos días renunció por fax desde el Japón, mientras que los de ahora, aprovechando la desconfianza generalizada en la población, están construyendo un andamiaje para ampliar su estadía en el poder que les permita seguir usufructuando de sus beneficios e incluso blindarse de sus fechorías una vez que dejen el poder o cuando este les sea adverso.

No se trata de quién roba más, porque si fuera ello los de ahora no alcanzarían siquiera a la categoría de “la banda del choclito” o aprendices a conspiradores comparados con los otros que sí eran avezados en materia de corrupción y de blindaje. Los de ahora máxime alcanzan a pirañitas y peseteros que, en nombre de un marxismo leninismo anquilosado y de un discurso radical, llegaron al poder sin habérselo propuesto, pero que al encontrarse en él empezaron a desfalcar al Estado.  Cien grandes –por ahora– ha sido el precio de la traición. No solo le han robado al Estado, sino también las esperanzas de un pueblo que clamaba por justicia social y que creyó que le había llegado su hora.

Ahora que este gobierno se desmorona paradójicamente es la oposición la que mantiene a Castillo por conveniencia. Si lo vacan, el plan de copamiento y de prolongación en el poder de los opositores se viene abajo.  Se van todos, pero con la mala noticia de que la conspiradora sucedería en el cargo al presidente Pedro Castillo.

¡Cuidado! que del Tribunal Constitucional (TC) a la captura de los organismos electorales solo hay un paso. El TC les asegura el blindaje, pero no la prolongación en el poder, de manera que el control del JNE y de la ONPE es otra de las prioridades de la oposición. Para ello necesitan tiempo para cambiar las reglas de juego que permita que los congresistas actuales puedan postular a la reelección, pero ello es insuficiente si no capturan los organismos electorales que les asegure una curul parlamentaria en caso de que haya nuevas elecciones generales.

En esta hora de la Patria y en el día de la Bandera, es un deber sagrado rescatar a la política de los políticos y de los intereses que la sitúan como una actividad exclusiva en el escenario del poder estatal, y no como lo que verdaderamente es: una ciencia social que analiza el desarrollo del poder político desde la sociedad que la genera. Dado que la fuente del poder político es la sociedad, la política también consiste en ver qué fenómenos sociales van transformando día a día los procesos políticos.

Es hora de la acción, en tiempos de crisis moral, pongamos a los hombres que dieron todo sin pedir preseas o medallas, allí como decía Martí, dónde lo llama el deber. El país exige de la construcción de un bloque democrático, provinciano y con liderazgos de hombres y mujeres de buena fe, con el respeto a las canas que llevamos puestas, como lo dijera Manuel González Prada en su discurso en el Politeama: “¡Qué vengan árboles nuevos a dar flores nuevas y frutas nuevas! ¡Los viejos a la tumba y los jóvenes a la obra!”.

Análisis & Opinión