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31 enero, 2025 11:51 pm

El regreso de Trump a la Casa Blanca

Trump es un conservador y, en su discurso inicial, ya adelantó que su política en cuanto a la ideología de género se limitará a hablar de dos géneros: femenino y masculino.

POR: MARIANELA ZEGARRA BECERRA

El regreso de Trump a la Casa Blanca sin duda representa un punto de inflexión en la política estadounidense y, potencialmente, en el escenario global. No solo en la geopolítica, sino también en las nuevas tendencias ideológicas que se han desarrollado a nivel mundial y que han germinado en todos los ámbitos de los asuntos públicos y privados de las naciones occidentales, principalmente en Estados Unidos y Europa. Me estoy refiriendo a las ideas progresistas.

El activismo del progresismo se refleja en el movimiento woke, que cobró relevancia tras la muerte de un afroamericano durante su arresto por la policía, generando una protesta denominada «Black Lives Matter» en los Estados Unidos. A esto le siguieron protestas contra el abuso sexual, conocidas como «MeToo». Así, el término woke comienza a englobar una gama de ideas y movimientos sociales como el feminismo, la ideología de género, el cambio climático y el derecho al aborto, entre otros. Este movimiento se enfoca en crear una nueva cultura con valores diferentes a los valores tradicionales.

Trump es un conservador y, en su discurso inicial, ya adelantó que su política en cuanto a la ideología de género se limitará a hablar de dos géneros: femenino y masculino. Este primer anuncio significa un ataque directo a la bandera del progresismo, que es la ideología de género. ¿Irá Trump por más? ¿Qué pasará con el cambio climático, los asuntos de las minorías como las primeras naciones, el aborto, etc.?

El progresismo promueve una serie de agendas que quiebran el modo de vida occidental a partir de una reingeniería social. Se trata de una ideología que busca lograr cambios mediante la intervención en la superestructura social, es decir, en los valores, creencias y manifestaciones culturales. Por esto, el progresismo está en contra de la familia tradicional, la religión y la iglesia, valores heredados de las ideas del cristianismo que están vigentes en la sociedad occidental y que intentan reemplazar con un relativismo moral.

Trump inicia su mandato con la frase: «Empieza una era dorada para los Estados Unidos». En la toma de mando se ven presentes a los grandes de la industria tecnológica. ¿Se alinearán con Trump en contra del progresismo?

¿Podrá el gobierno de Trump cambiar en cuatro años el rumbo del progresismo en Estados Unidos y qué efecto tendrá en América Latina y Europa?

Análisis & Opinión