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22 noviembre, 2024 9:15 pm

El candidato Vizcarra (I)

POR: JULIO FAILOC RIVAS    

La opinión pública a su favor en la crisis política generada en torno a la vacancia de Vizcarra, y por qué no decirlo, la oportunidad de obtener inmunidad parlamentaria para librarse de los cargos que pesan en su contra por los supuestos delitos de corrupción, han sido, si no las únicas, las dos principales motivaciones del expresidente para lanzar su candidatura al Congreso de la República.

De las malas acciones de Vizcarra ya se ocupan los fiscales y, tarde o temprano, lo hará la justicia, como se ha hecho con los expresidentes corruptos de los últimos 30 años. De ser culpable, que pague con la cárcel por haberse robado la plata de todos los peruanos. Lo cierto es que entre que sus enemigos lo metan preso y postular al congreso para ganar tiempo e inmunidad para demostrar su eventual inocencia, habría que preguntarles a los detractores de la prisión preventiva ¿qué hubieran hecho o aconsejado de encontrase en esta situación?

En mi caso, si yo fuera inocente, aún con todas las posibilidades electorales de ganar una curul e inmunidad, y con todos los enemigos en mi contra, como los tiene Vizcarra, hubiera esperado que me metan a la cárcel y que algún día se me haga justicia. Y usted amigo lector, ¿qué hubiera hecho?

Pero como Vizcarra no es como usted o como yo, porque nosotros no hemos sido acusados de nada, ni tenemos su popularidad, él lanzó su candidatura en su mejor momento, con 77% de popularidad y con 89% de gente que estaba en contra de su vacancia, y que se movilizó por ello. Ojo que no se movilizó por Vizcarra, sino por el momento crítico y por las motivaciones reales y subalternas por las cuáles se le vacaba.

Cuidado, que las torpezas de los golpistas han convertido a Vizcarra en una víctima, declarándolo expedito, no solo para ser candidato favorito al Congreso de la República, sino que también, podría lograr una mayoría parecida a la que tuvo el fujimorismo en el congreso disuelto, por el arrastre del expresidente a nivel nacional. En las elecciones del 2016 el fujimorismo logro una mayoría absoluta y aplastante con apenas menos del 20% de las personas inscritas en el padrón electoral. Esto se explica porque la cifra repartidora, para la asignación del número de congresistas, deja de lado el porcentaje de los que no votaron, se descarta los partidos que no alcanzaron la valla electoral y también se descuentan los votos nulos y blancos, lo que hace que este porcentaje se convirtiera en una mayoría relativa. ¿Alguien duda que esto pueda volver a repetirse en el 2021? Yo creo que sí.

¿Es posible que pueda evitarse lo del 2016 con Vizcarra? Todo es posible, pero tengo mis dudas por varias razones. Una razón es la baja credibilidad y torpeza de sus principales detractores. A más Mulders, Bartras, Chávez, Sheput, Rey con Barbas, Merinos, más Vizcarra habrá. Otra razón es la configuración de un alineamiento de todos los partidos en contra de Vizcarra, que lo hará ver no solo más víctima, sino que también el centro de atención de la discusión política y la campaña electoral; y, por último, juega a su favor también la baja credibilidad de toda la clase política que nos seguirá colocando en el dilema de elegir al mal menor. Al final, los mejores jefes de campaña del expresidente serán sus propios detractores. Nadie sabe para quién trabaja.

Más allá de que nos guste, o no, el candidato Vizcarra, lo cierto es que no solo será el candidato más votado, sino que también alterará las elecciones presidenciales. Las preguntas que se abren hacia adelante son: ¿Cuáles son las implicancias electorales que tendrá la candidatura de Vizcarra de ir con un partido que lo vacó? ¿le endosará votos del congreso al candidato Salaverry? ¿de qué manera se moverá el tablero político y a favor de quién? En hallar las respuestas a estas preguntas nos ocuparemos en el próximo artículo.

Análisis & Opinión