POR: ANGELICA ESPINOZA ORTIZ     

El amor es un sentimiento que comienza con una ilusión y, con el tiempo, fortalece ese vínculo inicial hasta convertirse en algo más sólido. Sin embargo, el amor no surge porque alguien nos obliga a sentirlo, sino porque decidimos tomarlo y mantenerlo por un tiempo. Solo existen dos formas de amor que no tienen un límite temporal: el amor de una madre hacia su hijo o hija y el amor de una mascota hacia su dueño.

Pero, ¿qué es la infidelidad? Según la Real Academia Española, infidelidad significa falta de fidelidad. Y fidelidad se define como lealtad, observancia de la fe que alguien debe a otra persona. Si fallas en mantener esa fe, entonces has sido infiel.

Bajo este concepto, no te desanimes ni tires todo por la borda. Al final, como mencioné al principio, la infidelidad es parte de nuestra naturaleza, y podemos enfrentarla. Recuerda que siempre tienes dos opciones: una es dejar todo atrás e iniciar de nuevo, después de encontrar tu equilibrio y superar lo sucedido; la otra es intentar nuevamente, entendiendo que nada de lo que vivas en este mundo se olvida por completo, solo se supera. Entonces, debes decidir cuánto estás dispuesto a perder para continuar o no en esa relación. Por favor, nunca tomes decisiones basadas en afirmaciones como: «Por mis hijos», «Ya estoy viej@», o «Mejor malo conocido que bueno por conocer».

Recuerda que la vida es una sola y el tiempo pasa; no puedes desperdiciarlo esperando un cambio que tal vez nunca llegue. Se dice que el tiempo vale oro, pero ni todo el oro del mundo puede comprarlo; el tiempo es único, no se repite. Conozco muchas mujeres, sobre todo en nuestro país culturalmente machista, que han dedicado sus vidas a la pareja, a los hijos, y a los demás, sin vivir sus propias vidas ni cumplir sus deseos.

Al final de sus vidas, se dan cuenta de que nunca cumplieron ninguno de sus sueños; todos quedaron en espera. Así que, hombre o mujer que lees este artículo, comprende que la naturaleza humana tiende a faltar a sus compromisos. Por eso, al iniciar una relación, debes establecer claramente qué es negociable y qué no lo es, para que cuando alguien quiera hacer algo que afecte ese compromiso, sepa de antemano cuál será tu decisión.