POR: ANGELICA ESPINOZA ORTIZ
La depresión se encuentra clasificada dentro de los trastornos del humor (afectivos). La persona que sufre de depresión tiene diferentes episodios e intensidades en las que se presenta. Estos son: leve, moderado y grave.
La depresión es un trastorno mental en el que se experimenta un cambio en el humor. Nos colocamos excesivamente tristes de un momento a otro, sin aparente motivo. Perdemos la capacidad para interesarnos o disfrutar las cosas que normalmente solíamos disfrutar, sentimos cansancio, dificultad para dormir o mantener el sueño, alteraciones en el apetito y disminución del deseo sexual. Todo esto empieza a afectar nuestras relaciones con los demás y nuestras actividades cotidianas. Si nos damos cuenta, afecta nuestras funciones básicas, debido a que la depresión está afectando principalmente nuestra corteza prefrontal, que es la zona del cerebro más atacada en estos tiempos por la tecnología y el sedentarismo.
Ahora, ¿cómo inicia todo esto? Algunos creen que es de un momento a otro, pero no es así; hemos venido enfrentando diferentes tipos de carencias, desórdenes, casos de inestabilidad y disfuncionalidades. Estos son más proclives a las depresiones emocionales de los padres, especialmente de la madre, ya que la depresión materna es un elemento importante que precede a la depresión del niño. También están las familias disfuncionales, con continuos problemas y discusiones.
En las familias separadas, los niños tienden a asumir esta nueva situación al cabo de un año, si y solo si sus padres mantienen una buena relación tras la separación (algo difícil de lograr si no tenemos una orientación profesional desde el momento en que se comunica la separación y después, para tener un seguimiento tanto de la estabilidad de los hijos como de la aceptación de ambos cónyuges, y así poder ofrecer una sana relación de padres y ya no de pareja).
Desde la época en la que estábamos en el vientre de nuestra madre, a lo largo de la infancia, adolescencia y vida adulta, puede ocurrir un evento desencadenante que permite que salga a la luz y logres ver que tu cuerpo estaba hablando desde hace mucho tiempo y no le hicimos caso.
Solemos pensar: «ya se me va a pasar, estoy estresado(a), es algo pasajero, no es para tanto». Simplemente dejamos que pase. Sin embargo, te voy a explicar que la depresión pasa por etapas, y no debemos permitir que llegue a la más fuerte o a la más complicada para que tú puedas superarla.