Por: Edgard Norberto «Beto» Lajo Paredes
La democracia (gobierno del pueblo), empezó siendo política, cuya premisa es “todos son iguales ante la ley”, los ciudadanos tienen el derecho de elegir a sus gobernantes y ser elegidos; se organizan en partidos políticos, se inscriben en el ROP del JNE, participan en elecciones, buscando equilibrio entre las potestades del poder político y los derechos de los ciudadanos. Luego, avanzó a lo económico, bajo la premisa “todos tienen el derecho al disfrute de la riqueza”. En su producción, los empresarios ponen el capital, los trabajadores su energía. Para propiciar la equidad entre capital y trabajo, surgieron los sindicatos, con capacidad de elaborar pliegos de reclamos o peticiones, realizar negociaciones colectivas y celebrar convenios laborales, con los empleadores. Finalidad, reconocer los intereses de los capitalistas, éstos reconozcan derechos y otorguen beneficios a los trabajadores.
¿CUÁL ES LA REALIDAD SINDICAL EN NUESTRO PAÍS?
Según el MTPE, “en el 2017 se registraron 379,000 trabajadores sindicalizados, lo que representa el 8.1% de la PEA en el sector asalariado formal; porcentaje que se reduce a 5.2% si se calcula en función de asalariados, formales e informales. En el sector público… se eleva al 16% de la PEA estatal, destacando la nutrida afiliación sindical de… salud y educación. El Perú ostenta uno de los niveles más bajos de sindicalización a nivel de América … estamos muy por debajo del 21% registrado en 1990”, tasa dejada por el primer gobierno aprista de Alan García 1985 – 1990, agregado nuestro. (Informe Situación de los derechos sindicales en el Perú 2014 – 2018, PLADES, Canadá). Respecto a negociación colectiva, “si en el 2013 el 5.24% del total de asalariados privados formales estaba bajo el alcance de un pacto, en el 2017 disminuye a 4.39%. La efectividad de la negociación colectiva también muestra una regresión: si en el 2013 el 63% de los pliegos terminaron con la firma del convenio, en el 2017 solo el 58% siguió la misma suerte”. (Informe citado). Según Adolfo Ciudad (Abogado laboralista “de 1.800 convenios colectivos registrados en 1988… tenemos 300 al 2020”. (La República 21/08/22, pág. 15). Con estos datos, no hay libertad sindical, complemento de la democracia política. Esto quieren los empresarios: utilidades crecientes y remuneraciones decrecientes.
BRECHA DE GANANCIAS Y REMUNERACIONES
El Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo MTPE, ha publicado el Informe Final de la Comisión Sectorial encargada de elaborar una propuesta de Anteproyecto de Código del Trabajo, creada por Resolución Ministerial N° 232-2021-TR. Encontramos información valiosa, procedemos a exponer: “El incremento de la pobreza va en línea con la distribución del PBI por tipo de ingreso, donde los resultados del 2020 mostraron que el excedente de exportación [debe ser explotación] bruto (ganancias de las empresas) registró una participación de 40,1%, mientras que las remuneraciones registraron un 31,0%. Dichos resultados, evidencia un incremento del excedente de explotación bruto de 2,9 p.p. respecto del año 2019, a diferencia de las remuneraciones que se mantuvieron en un nivel similar, lo cual significó un incremento de la brecha de 5,6 p.p. a 9,1 p.p.” (pág. 12).
Este dato, significa: las empresas en el país, el año de la Pandemia mundial del coronavirus de la COVID-19, aumentaron sus ganancias. Los ricos se hacen más ricos, en bonanza y también en crisis; en cambio, los pobres, en bonanza obtienen migajas, y, en crisis, lo pierden todo, esto no es justo, no es razonable. En una conversación, sobre el Perú de hoy, con el Filósofo peruano Hugo García Salvattecci, nos reveló: “En la economía contemporánea la principal fuente de riqueza, es la especulación, aspecto no estudiado y del cual debemos tener conciencia”; en otro coloquio, denunció: “En la realidad actual del país, las empresas tienen expectativas de utilidades irracionales”.
DEMOCRACIA SOCIAL
Hay las siguientes hipótesis: los medicamentos en nuestro país, son más caros que en Europa; aquí las tasas de interés a los préstamos de los bancos son más elevadas, que en el extranjero; los propios empresarios nacionales, en su tierra ganan más que en Chile; entre otros casos. ¿Será verdad?
La democracia es incompatible con la extrema desigualdad social, donde pocos tienen todo hasta demás y muchos viven el día a día y no tienen nada. “No se trata de quitar riqueza al que la tiene, sino, de crear riqueza para el que no la tiene”, en base a la inversión pública eficiente y fomento de la inversión privada productiva.