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19 septiembre, 2024 10:53 am

Democracia camino de esperanza

La construcción de la democracia no es una burbuja mágica, o en tal caso, los taumaturgos tienen que ser “magos” capacitados, pertenecientes a la elite política dirigencial, que separa lo que es ejercer el poder político con capacidad, con competitividad y sabiduría, y no con el oportunismo alimentado por el deseo de capturar el poder político…

POR: MIGUEL ARTURO SEMINARIO OJEDA (DIRECTOR DEL MUSEO ELECTORAL Y DE LA DEMOCRACIA DE LA DNEF DEL JURADO NACIONAL DE ELECCIONES)     

Cuando nos acercamos a la realización de un proceso electoral, no solo observamos una gran lucha entre competidores por la captura del poder,  con todo lo que esto implica, propagandas contra propagandas, ofertas y promesas muchas veces fuera de la realidad, pero al fin una propuesta de luces, que no pocas veces se convierten en sombras.

Pero ese fortalecimiento de la democracia que se presente en cada proceso, como una salida para superar las crisis del Estado, no pocas veces se proyectó como un camino de esperanza, sendero por el que se avanza sin el logro total del plan ofrecido, que al final se convierte en sinónimo de desesperanza.

Por diferentes publicaciones, e investigación propia, sabemos que la historia de la democracia esta llama de luces y de sombras, de marcas indelebles que a veces es preferible olvidar, aunque se tenga que contar, para que no se repitan.

Ese camino de la esperanza hacia la democracia y sus promesas, lo he vivido como actor ciudadano, desde 1980, año en el que vote por primera vez, obrando como presidente de mesa en el distrito de Breña, convirtiéndome en doble protagonista el mismo día: elector por un lado, y director del grupo que conformó la mesa electoral mixta de hombre y mujeres.

La historia nos enseña sobre el desengaño que se llevan los electores cuando las promesas resultan ser mentiras a un fracaso entre quienes detentan el poder, sobre esto, abundan las fuentes escritas tanto impresas como manuscritas, dando cuenta de la subasta en la que se vendía el futuro democrático del país, comprando la voluntad y alquilando la conciencia de ciudadanos y dirigentes.

Basta ver unas caricaturas que ridiculizan la realidad a partir de ella misma, como sucede con relación al proceso electoral de 1855, expresado en las fuentes artísticas de Manuel Atanasio Fuentes, traductor impresionista, y cuestionador del tiempo político que le tocó vivir.

Para frenar las disputas violentas entre agrupaciones políticas contrarias, Luis Antonio Eguiguren Escudero propuso la firma de un Pacto Ético entre los contendores de 1936, propuesta que fue aceptada por los candidatos presidenciales de ese año, que comprendieron que el pensamiento de Eguiguren, estaba orientado hacia la agrupación de la contienda electoral.

Hoy, se promueve en voto responsable, asociado a la información previa, y comparación de las propuestas, para que el desencanto no resulte mayor, si las autoridades no cumplen sus promesas y vuelven la espalda a quienes les delegaron el poder político, que les permite tomar decisiones por ellos.

Actualmente, México vive una esperanza por su futuro democrático, se ha interpretado que el futuro democrático y la esperanza de su realización, depende de la ciudadanía, de aquellos que con 18 años y más, depositan su confianza, cargada de esperanza utópica para que cambie el mundo, o se mejore, porque  circunstancialmente la voluntad electoral no debe regalarse, ni endosarse a ciegas.

Jorge Basadre, notable historiador, al escribir la “Historia de la República del Perú (1822-1933)”, no deja de analizar cada gobierno, de manera concienzuda y critica, además de objetividad, considerando tres grandes fases de su historia como ciencia, el conocimiento de fuentes, su interpretación, y traducción y relación entre el presente, y el futuro.

El Perú tiene vocación democrática desde fines del virreinato, desde la conversación de los súbditos en ciudadanos, desde esas experiencias municipales de 1812 y años siguientes, en procesos que fueron precedidos por las elecciones de 1809 y 1810, primer ensayo de las experiencias que desde el siglo XIX al XXI se asocias a la esperanza y a la desesperanza que no pocas veces termina en vacancia y revocatoria.

La construcción de la democracia no es una burbuja mágica, o en tal caso, los taumaturgos tienen que ser “magos” capacitados, pertenecientes a la elite política dirigencial, que separa lo que es ejercer el poder político con capacidad, con competitividad y sabiduría, y no con el oportunismo alimentado por el deseo de capturar el poder político, en actitudes que podrían convertirse en apetitos voraces cuando quienes lo ejercen, se enquistan y se acostumbran a su ejercicio, privando a otros ciudadanos capaces, de ser la luz y esperanza para quienes esperan cambios, tras cada proceso electoral.

Bartolomé Herrera, quizá fue un gran incomprendido, al postular que los gobernantes locales y nacionales deberían ser preparados, tener conocimiento previo para obrar, no se refirió a una elite excluyente o partir de indicadores raciales, idiomáticos o creencias religiosas, y hasta puede decirse que entre su pensamiento conservador, y el pensamiento liberal de Francisco Javier Luna Pizarro, hay una concordancia y complementación, al propiciar el uno, el gobierno de los más capaces; y el otro, que los ciudadanos voten de modo responsable, justamente para elegir a los más capaces.

Análisis & Opinión