POR: MICHEL AZCUETA (*)
Lo que está ocurriendo estos días en Perú, viene, sin lugar a dudas, desde Fujimori y sigue y sigue sin parar…es el reino de la mentira en todos lados y la mediocridad de todos nuestros líderes de derecha, de izquierda y de centro que con sus actitudes, sus hipocresías, sus cinismos, sus promesas incumplidas, unido todo ello, al saqueo del Estado, a las trampas en el uso de la ley y de las normas, en el mal uso de los recursos por no hablar de la corrupción, han logrado que la población haya caído esa trampa gritando por todos los rincones del Perú que en política todos son iguales.
Es lo más parecido a aquello de que el ladrón grita en plena calle, al ladrón, al ladrón, mientras distrae y confunde a los que le rodean y termina escapándose.
Felizmente, eso no es cierto: en política, no todos somos iguales y hay que gritarlo con la misma intensidad que otros gritan lo mencionado anteriormente. No todos somos corruptos, no todos somos mentirosos, no todos abusamos de los recursos del Estado, no todos nos desinteresamos ante los graves problemas que vive el país. Al contrario, la inmensa mayoría de peruanos somos personas honestas, que vivimos de nuestro trabajo y que amamos al Perú con todas nuestras fuerzas… pero, por lo largo de esta crisis política y social que supera ya los treinta años, desconfiamos unos de los otros, desconfiamos de las organizaciones existentes, desconfiamos de los llamados a la participación y a la movilización…y, en la práctica, permitimos que todo siga igual.
Sin institucionalidad democrática y sin nuevos liderazgos el Perú no va a salir adelante. Cuántas veces lo vamos a repetir… Una sociedad desarticulada y un Estado desarticulado como nos lo ha demostrada la llegada de un virus que, por ser tan asesino no solo nos deja sin nuestros seres queridos, sino que nos obliga a un distanciamiento social (¡bonito eufemismo…!!) obligándonos a cuidarnos a nosotros mismos y a nuestras familias aumentando, como es natural, esa falta de preocupación por la sociedad, por la política.
Y, para aumentar la tragedia que nos está tocando vivir, los diferentes medios de comunicación que también mienten, que también distraen y confunden a la población con sus titulares engañosos, con sus entrevistas a los mismos en todos los medios, con sus hipocresías ya que ni informan ni educan como es lo propio de todo medio responsable.
Pero no nos van a desanimar. El Perú es grande, y vamos a demostrar que, en política, no todos somos iguales, que se puede gobernar, que se puede generar riqueza, que se puede educar y curar de diferente manera, que nos podemos unir respetando las diferencias, y es por lo que debemos trabajar, convenciendo a más y más compatriotas, ciudadanos de todo el Perú, a decir basta ya y a organizarnos para construir la necesaria institucionalidad democrática y el surgimiento de nuevos liderazgos por todo el Perú. Concertemos objetivos comunes entre todos nosotros, con tolerancia y con la verdad que genera la confianza que necesitamos para salir de esta larga, larga crisis.
(*) Palmas Magisteriales Amauta 2019