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Cuando la coima sí da factura

POR: KAREM ROCA LUQUE   

Diana Seminario, destacada periodista y analista política, ha expresado de manera contundente su postura sobre Martín Vizcarra Cornejo en su más reciente artículo publicado en el reconocido diario El Comercio. En su escrito, Seminario sentencia que, “El día que Martín Vizcarra Cornejo empiece a pagar por los delitos que se le atribuyen, el Perú será un mejor país”.

Al artículo de Diana dice:

“La coima no da factura” es un dicho que algunos repiten con cierto cinismo cuando señalan que resulta difícil probar la corrupción de algunos funcionarios porque estos procuran no dejar huella alguna de sus fechorías. Sin embargo, personajes como Martín Vizcarra, que hizo de la mentira su escalera al poder, han desmitificado ese dicho, pues la estela de sus acciones ha quedado más que registrada.

La semana pasada, los peruanos hemos visto con esperanza cómo pareciera que por fin la justicia le toca la puerta a Martín Vizcarra, pues se dio inicio al control de acusación que definirá si el expresidente va a juicio por los sobornos recibidos por los proyectos Lomas de Ilo y Hospital de Moquegua, cuando era gobernador de dicha región.

Pese a que Vizcarra intentó confundir a la opinión pública y a los periodistas que lo entrevistaron afirmando que estos casos fueron archivados, el Ministerio Público lo desmintió y la acusación de haber recibido S/2,3 millones en sobornos sigue vigente. La sentencia que le esperaría a Vizcarra sería de 15 años de prisión por la coima de S/1 millón recibida de las empresas Obrainsa y Astaldi, así como S/1,3 millones de parte del consorcio ICCGSA e Incot por el Hospital de Moquegua.

Los testimonios de entonces –publicados por este Diario– fueron contundentes: un aspirante a colaborador eficaz reveló que entre el 3 y 4 noviembre del 2013 Vizcarra exigió un pago de S/1 millón al consorcio de Obrainsa y Astaldi por otorgar “información privilegiada”. Obrainsa le pagó al entonces gobernador de forma personal en dos armadas, en efectivo, en las oficinas ubicadas en San Isidro. Además, Obrainsa pagó el alquiler de una avioneta que trasladaba a políticos bolivianos, entre ellos Luis Arce, actual presidente de Bolivia.

Por el Hospital de Moquegua, Vizcarra pidió el 2% del costo de la obra; a cambio, él les daba la información sobre el monto que debían especificar en la licitación.

Con esa mochila de delitos, Vizcarra se ubicó en la plancha presidencial del candidato Pedro Pablo Kuczynski y una vez en el poder se ubicó en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, la cartera más apetecida por los corruptos, sino que lo digan el prófugo Juan Silva y el empresario Zamir Villaverde.

La sangre fría de este turbio personaje lo coloca en niveles de cinismo pocas veces visto en la política peruana. Los delitos por los que finalmente iría a juicio son solo una muestra de todo lo que ha sido capaz de hacer cuando tuvo el poder en sus manos.

El día que Martín Vizcarra Cornejo empiece a pagar por los delitos que se le atribuyen, el Perú será un mejor país. [Diario El Comercio 03/11/2023]

MI COMENTARIO

El artículo de Diana Seminario señala con claridad el caso de corrupción en el que se ve involucrado el expresidente Martín Vizcarra y destaca la importancia de que la justicia actúe porque existen pruebas contundentes desmitificando así el dicho de que la corrupción no deja rastro.

Personalmente, he tenido la oportunidad de presenciar de primera mano diversos comportamientos del ex mandatario en distintas situaciones, lo cual me ha llevado a reflexionar sobre la importancia de investigar y sancionar los actos de corrupción en nuestro país.

En los primeros días de febrero de 2013, fui convocada por el Lagarto a su despacho. Rápidamente tomé mi folder de documentos y me dirigí hacia su oficina. Toqué la puerta y él me permitió entrar. Una vez sentada frente a él, me observó y me preguntó: ¿has revisado este cajón? Le respondí que no lo había hecho. Me miró fijamente y me animó a acercarme. Abrió el cajón, el cual estaba repleto de fajos de 200 soles. Nunca antes en mi vida había visto tanta cantidad de dinero, su cajón central del escritorio, de aproximadamente 60×90 cm, estaba completamente abarrotado. Fue la primera vez que tuve la oportunidad de presenciar tal cantidad de dinero con mis propios ojos.

Después de indicarme que nadie puede entrar en su oficina mientras no esté, el Lagarto me informa que saldrá a una reunión y luego regresará, llevándose el dinero a su casa. Le contesté que no se preocupara, que me encargaría de cuidar y asegurarme de que nadie ingresara a su oficina. Así pasaron las horas y como un fiel y leal perro buldog, me aseguré de que nadie entrara a su oficina, especialmente la pequeña consejera engreída y el personal de limpieza.

Con todo lo que vi mientras trabajaba a su lado, es obvio que al señor Lagarto le convendría que me atropellara un carro, tal como ha manifestado en su círculo cercano, pero siempre hay una persona sensata y de buena fe que no está de acuerdo con todo lo que él dice.

El Lagarto sigue con su cuento de negar todo, ha logrado enviar un mensaje a través de la abogada de la familia para instruir a todos y asegurarles que todo estará bien. El Lagarto ya tenía información de que la fiscal de la Nación sería destituida durante algunos meses, esos meses que necesita para borrar evidencias.

Otro de sus aduladores, Vásquez, quien me ayudó a descargar una aplicación de grabación en mi celular para grabar inicialmente a Mirian Morales, ya que esta señora no quería a ninguno de nosotros, los sobrevivientes, al lado del jefe, pretendía ser el centro de atención del Lagarto, quien aparentaba tener todo bajo control frente a los medios y siempre ofrecía supuestas soluciones a los problemas de su jefe.

Vásquez, siguiendo el ejemplo de su jefe, exhibía un comportamiento inapropiado tanto en sus palabras como en sus acciones. Ocasionalmente se comportaba de manera demasiado familiar y tierno con Miriam, aunque generalmente ¡zas! sin mostrar ningún respeto, solía maltratar a Miriam a espaldas de ella. Así y poco a poco, a base de puros chismes, el Lagarto se nos fue alejando. Los chismes de Mirian, parecían tener más peso que los de Vásquez, y eso es lo que al Lagarto le complacía.

Hoy por hoy, Vásquez continúa aconsejando mal al Lagarto, cree que ha descubierto la pólvora y que el Lagarto le hace caso, pero lo que Vásquez no sabe es que todas las decisiones son tomadas con Mirian y él no está incluido en eso, porque ya se dieron cuenta de cuál es su verdadera intención y motivo para seguir al lado del Lagarto, aunque sea en la sombra. Porque lindo, lindo… ¡No eres!

En Moquegua, se están archivando todos los casos relacionados con Vizcarra y su ahijada. El Poder Judicial está haciendo todo lo posible para evitar que se lea la sentencia del caso de la represa de Chirimayuni. En este caso, el Lagarto ha sido condenado a seis años de prisión por permitir pagos indebidos sin supervisión en la construcción de la mencionada represa durante su mandato como gobernador de Moquegua (2011-2014).

El Lagarto intentó acogerse a la prescripción que permite la ley Soto, y la justicia de Moquegua le otorgó ese beneficio. Sin embargo, aun así, debe enfrentar su sentencia. Él ha propuesto que se realice de forma virtual, lo cual plantea dudas.

Mis amigos en común con Vizcarra me han aconsejado que hable con él, ya que él ha expresado su disposición a discutirlo. Sin embargo, eso nunca sucederá, ya que nunca pondría precio a mi conciencia. La justicia ha venido a mi cargada de muchos sacrificios económicos para el pago de mis abogados, porque siempre digo: la verdad y la justicia me asisten y usted no se va burlar de los miles de peruanos que murieron por su culpa, y tampoco de las personas que tienen que mentir por usted a cambio de un puesto de trabajo.

Amables lectores nos vemos la próxima semana, ante tanta lucha por abrirle paso a la verdad que usted quiere ocultar.

Seguiré siendo la piedra en su camino…

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