Por: Francisco Perea
Tras la notable actuación del deportista Amador Saba Casapía en el reciente IROMAN Texas 140.6 (EE.UU.), Mollendo su tierra natal, ha recibido con gran beneplácito el resultado, que lo convierte en el primer mollendino el culminar exitosamente tan rigurosa carrera.
ENTRETELONES
Es la primera vez que un deportista local participa en este evento internacional que reúne a los mejores del mundo en este deporte.
La competencia se realizó el 23 de abril a las 6:30 a.m. y fueron 14 horas de deporte extremo.
Amador se preparó con un plan muy disciplinado por espacio de más de seis meses (entrenamiento, nutrición e hidratación, logística, equipamiento, cabeza super)
El destacado atleta mollendino cruzó la meta en el puesto número 968 de un total de 2348 triatletas de todo el mundo, empleando el tiempo de 14 horas, 10 minutos y 44 segundo, nadando 3.8 km, bicicleteando 180 km y corriendo 42 km.
EL SENTIR DEL IROMAN
“Mucho que agradecer. Primero a Dios por permitirlo, a mis hijos por su apoyo incondicional, a mi familia y amigos por sus buenas vibras, a mi coach Andrés Chirinos, eres un crack. A mis compañeros del Team Puerto Bravo por acompañarme en esta aventura.
Pero en especial, quiero, no solo agradecer, sino DEDICAR esta gran carrera y tan ansiada medalla a la verdadera IRONMAN, a la persona que se sacrificó conmigo y por mí. A mi partner, mi cómplice, mi confidente, mi motivación. La que también pasó por las despertadas en las madrugadas, evitó las salidas en las noches de verano porque yo tenía que entrenar. La del apoyo eterno e incondicional, la que cuando quise tirar la toalla no me dejó y me convenció de que ‘la toalla solo sirve para secar el sudor y seguir adelante’… Sí, para ti mi AMOR, mi compañera de vida, Silvia Núñez del Prado, esta medalla es para ti. Gracias por tanto, mi verdadera IRONMAN.”
Esta actuación de Amador Saba Casapía, que, en su juventud, fue un excelente futbolista, jugando por los mejores equipos de Mollendo, quedará en la historia del deporte mollendino. Amador es un orgullo para Mollendo.
