Mientras los ministros hablan del cumplimiento del D.S. N° Nº 044-2020-PCM que declara Estado de Emergencia Nacional por el plazo de quince (15) días calendario, disponiendo el aislamiento social obligatorio (cuarentena) por las graves circunstancias que afectan la vida de la Nación a consecuencia del brote del COVID-19, el Estado, restringe el ejercicio de los derechos constitucionales relativos a la libertad y la seguridad personal, la inviolabilidad del domicilio, y la libertad de reunión y del derecho a la libertad de tránsito de las personas en el territorio por razones de salud pública, seguridad o fluidez del tráfico, disponiendo además el cierre total de las fronteras, en el transporte internacional de pasajeros, por medio terrestre, aéreo, marítimo y fluvial.
Sin embargo, ¡oh! maravilla, el transporte de carga y mercancía por puertos, no se encuentra comprendida dentro de este cierre temporal por cuarentena.
Es injustificable que mientras la gran mayoría de peruanos, somos respetuosos y adoptamos medidas para preservar la vida, y nos convertimos en seres solidarios con mucho amor familiar; otros, los empresarios que les encanta mover anualmente millones de dólares, como sucede en el puerto de Tisur, vienen recepcionando a los barcos con cargas y mercancías con mucha normalidad, poniendo en grave riesgo a los trabajadores portuarios en general y por ende a la población de Islay.
¿Cómo puede permitirse semejante irresponsabilidad? ¿Ésta es la solidaridad que exigen los ministros de Estado? ¿Por qué se permite que el transporte de carga y mercancías, funcione con toda normalidad? ¿Por qué se expone a todos los trabajadores portuarios, de las agencias de aduanas, marítimas y agencias de estiba y desestiba quienes pueden ser infectados y éstos a su vez a sus familias y a la población de Islay? ¿Por qué el puerto de Tisur no acata la orden de aislamiento social? ¿Qué seguridad pueden tener los trabajadores portuarios y la población de Islay, al recibir barcos con tripulación asiática o de otros países infectados y peor aún, que no contamos con personal necesario con experiencia en riesgos para la salud pública y menos disponibilidad de los instrumentos y equipo necesarios para la evaluación y las medidas de control?
Finalmente, rescato y comparto las expresiones de mi gran amigo, el Dr. Raúl Fernández Llerena, cuando dice “hoy estamos en condiciones de recuperar lo más digno del ser humano: la solidaridad humana a nivel mundial para que juntos podamos hacer frente a esta pandemia hoy globalizada”, por lo que solicito a ustedes autoridades nacionales, regionales y locales, disponer la suspensión de toda actividad de carga y mercancías que se desarrollan en los puertos marítimos de nuestro país, en vista del alto riesgo de contagio para la salud pública en Islay.
