POR: JORGE ACOSTA ZEVALLOS
Afirmamos que nuestro departamento de Moquegua, a pesar de haber vivido el boom minero que devino en incremento del canon, no logró cambiar la estructura productiva que es prioritariamente minera y metalúrgica, la primera con 29% y la segunda con 46% sumando ambas el 75%.
Esta estructura es diferente con respecto a la Población Económica Activa (PEA): la minería aporta contradictoriamente solo el 3%, manufactura 6%, servicios 7%, agricultura y pesca 25%, construcción 11%, administración publica 9% y así sucesivamente (Véase gráfico). Se deduce que las actividades que más producen no son necesariamente las que más empleo ocasionan. Lo están en otros sectores, quizás de bajos ingresos, pero ahí están.
En la época del se realizó elevadas obras de infraestructura que mejoraron el empleo temporal en especial en la construcción, administración pública, comercio y servicios. Sin embargo, las obras de impacto no fueron resaltantes y la prueba está en que cuando los precios internacionales bajaron tuvieron su efecto en menor canon y su correlato de menos obras y empleo.
Adicionamos que no se logró, más activamente, articular la micro, pequeña y mediana empresa con la gran empresa (salvo algunas excepciones), la agricultura siguió siendo alfalfera y la pesca industrial de cayo sin retorno por diversas causas. De otro lado, en el año 2019 ya estábamos en recesión económica, en este año el PBI departamental llego a S/ 8,038 millones de soles menor a del 2018 que fue de S/ 8,720 millones de soles, todos los sectores estuvieron en rojo salvo la minera que solo era de 1%.
Se suma que en este año anterior el gasto publico regional solo fue de 70% y los gobiernos regionales 77%, no se gastó todo el presupuesto asignado por varios motivos: las inundaciones del comienzo de año, los primerizos funcionarios públicos, alcaldes y gobernador regional, la llegada tardía de la partida presupuestal canon.
Así llegamos al 2020 con una estructura de economía primaria que no se modifica, con un boom minero que no lo aprovechamos y luego se receso, con bajo gasto público y la nueva construcción de la mina que está comprometida a captar empleo y proveedurías locales.
Y en el 2020 recién comenzábamos a acomodarnos con Anglo América Quellaveco aceleraba la construcción, los presupuestos aceleraban su ejecución, el Ministerio de Transportes anunciaba importantes obras, el turismo estaba activo e incluso SPCC declaraba su intención de una nueva fundición y ampliación de Cuajone, el Puerto se activaba con carga por cabotaje; nos cayó la pandemia Covid 19.
Son más de cinco meses de para por el Covid 19 y las consecuencias son en economía: recesión, desempleo, pobreza. La pandemia nos escaneado de una realidad ficticia a una realidad real. Algunos centros de investigación señalan que en el 2019 Moquegua estaba en segundo lugar de competitividad del país. La estadística lo contradice hoy, tenemos el 72% de empleo informal que vive el día a día, una clase media que baja a la pobreza, que tenemos sectores en pobreza y extrema pobreza no registradas.
La teoría de Keynes señala que cuando se dan crisis y el sector privado no genera empleo porque está atrapado por la crisis, es el Estado el que aumenta el gasto público para mantener la capacidad de consumo y a la larga reactivar la economía. Esto que funcionó en algunos países como el mismo EEUU, por la experiencia vivida, no está funcionando en el país y en nuestro departamento. Y es que estamos enfrentados a un virus que no se detiene. Le pasó a Moquegua que controló en el comienzo y se rompió por la llegada de foráneos.
Un segundo momento calculábamos que llegábamos a la meseta y abrieron las compuertas a la reactivación económica y el contagio como la letalidad se han elevado geométricamente. Somos un departamento en la que la gente ingresa y sale, lo mismo que los negocios.
Nuevamente estamos en cuarentena y todo indica que se prolongara hasta la primera quincena de setiembre. Y seguimos recesados, sin trabajo, sin ingresos y en incertidumbre. Afirmamos en medio de este drama que el sector en donde está la mayor parte del empleo es en la micro y pequeña empresa, que es el más vulnerable y en el actual escenario está en la profundidad de la crisis. Los créditos gubernamentales de Reactiva Perú y FAE un segmento ha accedido, pero no eran el universo de ellas y si lo han hecho fue por montos pequeños porque sus niveles de facturación y bancarización son limitadas.
En las propuestas agregamos que Moquegua, en un escenario de control de la pandemia, tiene posibilidades de reactivarse económicamente: el gasto público tiene que ser eficiente y sobre todo en obras que den empleo masivo de emergencia, tenemos que aprovechar los fondos de Trabaja Perú y Reactiva Perú, es importante acelerar el estudio arqueológico de Lomas de Ilo para comenzar la fase de mejoramiento de canales e irrigación de este espacio generando empleo, reactivar la mesa de trabajo con SPCC y facilitar que los acuerdos con AAQ se concreten con empleo y proveedurías locales, tomarle la palabra al Ministro de Transportes que ha señalado que el Puerto de Ilo seguirá siendo mejorado, y otras propuestas.
El objetivo, es superar las barrearas, es tener la propuesta de reactivación económica cuando el momento se dé y no nos digan en la cara que carecemos de ideas y proyectos factibles. Y en la propuesta en primera línea va el sector salud.
