POR: CÉSAR CARO JIMÉNEZ
Tras escuchar al inefable gobernador regional don Zenón Cuevas, calificando de “antipatriotas” a quienes no autorizaron que viajara a La Paz, para según él, defender a la provincia de Ilo y a empresas ligadas al sector portuario las cuales le han hecho conocer que van a ser perjudicadas por la ASP-B, entidad estatal boliviana que presta servicios portuarios y logísticos a las exportaciones e importaciones en los puertos y lugares donde hay tránsito de mercancías desde y hacia el Estado Plurinacional de Bolivia, no puedo dejar de sonreír y preocuparme tanto por la descarnada ignorancia de temas y protocolos por parte del gobernador, porque hacerlo según algunos abogados excedería sus atribuciones pudiendo ser calificada incluso como “negociación incompatible”.
También cabe señalarle que de haber viajado, hubiese ido, –al igual que cuando fue a la China y Canadá–, a hacer turismo y deleitarse tomándose fotos y bocadillos en los cocteles oficiales, porque para su información señor gobernador, aun en el supuesto que usted dominara algunos de los temas que figuran en la declaración final del evento, tampoco lo hubiesen escuchado y a lo más quizás le hubiesen recibido algún documento por cortesía protocolar, porque todos los textos que van a firmarse son tratados previamente por comisiones especializadas bajo la tutela de las Cancillerías. ¿Alguna vez, usted en sus innumerables viajes a Lima o alguien de su entorno ha visitado la Cancillería o solicitada información sobre algún tema específico, como por ejemplo el Corredor Ferroviario Bioceánico Central?
Y en cuanto a los reclamos de los operadores portuarios, cabe indicar que los mismos al margen de la justicia o no de los reclamos, tienen que atenderse dentro de una estrategia geopolítica que muy bien definió allá por 1975 el Gral. (r.) Edgardo Mercado Jarrín: “Al finalizar el siglo XX hemos ingresado a un nuevo tipo de competencia con Chile de carácter económico, de trascendentales consecuencias. O es el eje Tacna-Ilo-Matarani el de proyección del Mercosur a la Cuenca del Pacífico, o, lo es el de Antofagasta-Iquique-Arica, terminales marítimos de los corredores terrestres del siglo XXI desde el Atlántico por donde transitarían las mercaderías a un costo mucho más bajo que los de las actuales alternativas marítimas por Panamá y el Cabo de Hornos.
La lucha de puertos que se vivió al finalizar el siglo XVIII ha comenzado a reeditarse en su nueva versión: la obtención de mercados, la carrera por la proyección comercial hacia la Cuenca del Pacífico, la prioridad en la determinación de los corredores transcontinentales. No obstante haber tenido la iniciativa el Perú (concesiones a Bolivia) esta competencia viene siendo favorable a Chile, país que acaba de ganar una de las batallas de más trascendencia en esta nueva guerra económica: la privatización a favor de una compañía chilena del sistema ferroviario boliviano lo que facilitará la captura del mercado de exportación boliviano y brasileño hacia la Cuenca y afectaría el desarrollo de todo el Sur del Perú (Arequipa, Puno, Tacna y Moquegua) al fortalecer el eje Arica-Iquique-Antofagasta, como plataforma de servicios turísticos, de comercio exterior y de transporte para el Asia Pacífico y el Mercosur”.
Y en tal sentido, si queremos que Ilo, la región Moquegua y toda la macro región sur tengan futuro, debemos procurar igualar y en algunos casos superar en todos los aspectos normativos a lo que ofrecen los puertos chilenos y no hacerles el juego, como ocurre por ejemplo con la construcción de la carretera Colca-Tacna-La Paz, que acaba beneficiando primordialmente a Arica y a los intereses chilenos que se ven favorecidos por la inercia o desinformación de la mayoría de las autoridades moqueguanas, que por ejemplo, no atinan a preguntar las razones que llevaron a elevar sustancialmente los precios –antes de su archivamiento—en el estudio de una posible vía férrea entre Ilo-Desaguadero, contentándose con efectuar de cuando en vez eventos para que se luzcan “figuras y figurones” sin resultados concretos. No olvidemos que en los análisis militares chilenos “la guerra ha llegado a ser abiertamente total, es decir, llevada simultáneamente a todos los ámbitos: político, económico, diplomático y militar.
Y como sé que el contenido de este artículo será ninguneado u ocultado a la par, que habrán algunos intereses que a fuerza de mentir y mentir, tratarán de inducir que quien escribe estas líneas, es un enemigo del desarrollo de Ilo, tan solo reitero lo que escribí en la página 83 de mi libro “El Futuro sobre rieles”, publicado el 2007, en el cual preciso que sí soy enemigo, pero no de Ilo, sino de los charlatanes y timadores que quieren embarcarnos en aventuras sin sustento técnico ni económico, con la complicidad de algunas autoridades desinformadas y/o de pocas luces, asustadas bien por la gritería de los ignaros o llevados por los motivos de Tartufo, que espero no impongan sus torpezas, algo harto difícil, recordando a Goethe: “Contra la estupidez, hasta los dioses luchan en vano”.
Aspectos que conoce muy bien Vargas Llosa cuando señala que “no hay que confundir el nacionalismo de orejeras y su rechazo del “otro”, siempre semilla de violencia, con el patriotismo, sentimiento sano y generoso, de amor a la tierra donde uno vio la luz, donde vivieron sus ancestros y se forjaron los primeros sueños, paisaje familiar de geografías, seres queridos y ocurrencias que se convierten en hitos de la memoria y escudos contra la soledad. La patria no son las banderas ni los himnos, ni los discursos apodícticos sobre los héroes emblemáticos, sino un puñado de lugares y personas que pueblan nuestros recuerdos y los tiñen de melancolía, la sensación cálida de que, no importa donde estemos, existe un hogar al que podemos volver”.
Lamentablemente para usted, don Zenón Cuevas, ser patriota significa ser su incondicional, en todo momento y en todo lugar ocurra lo que ocurra; lo que constituye un llamado a la conformidad y al silencio cómplice en un país que ya no puede darse el lujo de permanecer tal y como está.
Y ello es peligroso porque la corrupción, la injusticia, la impunidad y la incompetencia institucional pueden continuar e incrementarse más aún, cuando el periodismo y los que se autodenominan lideres dejan de hablar en voz alta por miedo a volverse objeto de burla, de sorna, de descalificación o soledad. Aspectos últimos que lo acompañarán a partir del día que deje de ser no sé qué, porque Gobernador jamás lo fue, a la luz de su actuar y mediocres resultados.
¡Pero eso sí, no puedo negar que ha sido y es, un envidiable turista privilegiado!