POR: BETO LAJO PAREDES
Se ha publicado el Índice de Latinoamérica en Inteligencia Artificial – ILIA, en setiembre de 2024, categorizados en tres grupos:
Pioneros: países con importante infraestructura y buen nivel de talento humano en Inteligencia Artificial – IA.
Adoptantes: países con integración incipiente de la IA en los sectores productivos, servicios y administración pública.
Exploradores, países en etapas iniciales de IA, desarrollando capacidades básicas.
En los tres primeros lugares, como pioneros están: primer lugar, Chile con 73,07 puntos; segundo lugar, Brasil con 69,30; tercer lugar, Uruguay con 64,98.
Como adoptantes, siguen: cuarto lugar, Argentina con 55,77; quinto lugar, Colombia con 52,64; sexto lugar, México con 51,40; sétimo lugar, República Dominicana con 46,85; octavo lugar, Perú con 45,52; noveno lugar, Costa Rica con 43,63; décimo lugar, Panamá con 37,48; undécimo lugar, Ecuador con 34,59.
Como exploradores: duodécimo lugar, Jamaica con 32,38; décimo tercer lugar, Venezuela con 31,52; décimo cuarto lugar, Paraguay con 31,05; décimo quinto lugar, Cuba con 27,96; décimo sexto lugar, Bolivia con 26,06; décimo sétimo lugar, Guatemala con 25,90; décimo octavo lugar, El Salvador con 25,74; décimo noveno lugar, Honduras con 23,73.
Según el Instituto de IA de Stanford, los diez países más avanzados, son: primer lugar, EE.UU.: inigualable en investigación, inversión y desarrollo de modelos; segundo lugar, China: desventajas en inversión privada; tercer lugar, Reino Unido: un enfoque integral en investigación; cuarto lugar, India: crecimiento sostenido en investigación y talento; quinto lugar, Emiratos Árabes Unidos: un modelo de innovación y diversidad; sexto lugar, Francia: compromiso con la investigación y la diversidad; sétimo lugar, Corea del Sur: pionero en legislación y educación en IA; octavo lugar, Alemania: un pilar de la investigación responsable; noveno lugar, Japón: potencia tecnológica en ascenso; décimo lugar, Singapur: innovación en pequeña escala. Llama la atención no estén Canadá ni Italia.
Ningún país latinoamericano está en el top 10 mundial de IA. Es evidente la brecha con las potencias. Esto se agravará si seguimos con gobiernos mediocres.
Otro hecho a señalar categóricamente: hasta ahora, nadie de América Latina, ha obtenido el Premio Nobel de Física, se han otorgado 117; ni el Premio Nobel de Economía, se han dado 55. De 227 Premios Nobel de Medicina, América Latina ha obtenido tres; y, de 103 Premios Nobel de Química, América Latina, obtuvo dos.
La prueba PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes) realizada por la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico) el año 2022 después de la pandemia de la Covid 19 a los estudiantes de 15 años de edad, concluye: “América Latina y el Caribe se ubica en la mitad inferior del ranking global de calidad educativa en Matemática, Lectura y Ciencia”.
Ninguna universidad de América Latina, figura en las diez mejores universidades del mundo del año 2024, del Times Higher Education, son: primer lugar, Universidad de Oxford (Reino Unido); segundo lugar, Universidad de Stanford (EE.UU.); tercer lugar, Instituto Tecnológico de Massachusetts (EE.UU.); cuarto lugar, Universidad de Harvard (EE.UU.); quinto lugar, Universidad de Cambridge (Reino Unido); sexto lugar, Universidad de Princeton (EE.UU.); sétimo lugar, Instituto Tecnológico de California (EE.UU.); octavo lugar, Colegio Imperial de Londres (Reino Unido); noveno lugar, Universidad de California, Berkeley (EE.UU.); décimo lugar, Universidad de Yale (EE.UU.).
Esta es la triste y desastrosa realidad de nuestra América Latina, ello es consecuencia de no tener calidad educativa, debido a la ineficiente inversión pública en educación; a la ausencia del hábito de lectura en la mayoría de la población; a la escasa, casi nula, inversión en ciencia; al surgimiento de universidades bambas.
La alternativa es: Elevemos la calidad de la educación pública con los mejores para la docencia, a fin de contar con científicos, matemáticos, expertos y especialistas, sin los cuales, no tendremos ciudadanía calificada, economía con valor agregado, desarrollo integral, ni ingresaremos al primer mundo.