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22 noviembre, 2024 10:46 am

Alegando por el futuro

POR: VICENTE ANTONIO ZEBALLOS SALINAS     

No hay marcha atrás, ni evidencia que objetará el proceso y sus resultados, como algunos pretenden; la primera vuelta definió a las dos más altas votaciones presidenciales, Pedro Castillo con el 19.07% y Keiko Fujimori con el 13.36%, de los votos válidos, al 100% de las actas procesadas, porcentajes bajos pero suficientes para sobreponerse a los demás candidatos.

Y aun sincerando más las cifras, esos “votos válidos”, no consideran los votos nulos y en blanco, tampoco de quienes no acudieron a ejercer su derecho-deber a votar, lo que restaría aún más esos porcentajes en el universo total de electores. Retoma vitalidad, pues, la segunda vuelta electoral, en la necesaria legitimidad que deben dar los votos, el respaldo ciudadano.

Keiko Fujimori, aún con los revuelos internos y familiares, con los procesos investigatorios en curso que la privaron de su libertad, ha mantenido su base electoral; manejo los tiempos y mensajes, con la habilidad propia de la experiencia, su tercer proceso electoral, superando a candidatos que compartían cuasi el mismo espacio electoral, pero que, a diferencia de ella, se proponían como “rostros nuevos”. Pedro Castillo, canalizó la decepción e incertidumbre, y en un trabajo silencioso pero efectivo, soportándose en estructuras organizacionales de carácter nacional -no pasemos por alto su entrada en escena con la prolongada huelga magisterial del 2017-, que él lidero, se compenetró con el sentir ciudadano, encumbrándolo a tener la mayor votación.

Puestos en el carril de la segunda vuelta electoral, Keiko Fujimori representa el establishment, el estado de cosas presente, y la mejor evidencia son la sumas o afectos políticos de estos últimos días, que lo corroboran.

Una enorme carga de reparos institucionales, corrupción, blindajes, etc. pueden ser una pesada carga o una oportunidad para deslindar, rectificar.

Pedro Castillo, se asentó de los sectores sociales sensibles, sin mayor esfuerzo y sin un claro posicionamiento político, es la desazón que coincidió a su lado, no le ayuda la compañía de Vladimir Cerrón, a quien acaba la Corte Suprema de ratificar una sentencia condenatoria por negociación incompatible.

Muchos analistas coinciden en que la inestabilidad de este último lustro, se inició con la arrogancia de Keiko Fujimori, de hacer protagonista a su Bancada mayoritaria sin visualizar responsable y prudentemente las consecuencias, y que lleva el “revanchismo” como bandera en sus decisiones. Sus propuestas electorales llevan el acento del oportunismo más que de la convicción. Tiene a su favor un marcado voto anti izquierda. Un importante esfuerzo, como política de Estado, es la Reforma Magisterial, a lo que Pedro Castillo propone su derogación; y desmarcándose de los sellos de izquierda, se manifiesta abiertamente en contra del aborto, en contra del matrimonio igualitario, a favor de la pena de muerte, revisión de Tratados, una verdadera caja de incertidumbres, sin precisarse. Tiene a su favor un marcado voto anti Keiko.

Corresponde a estas dos candidaturas una prolija labor de convencimiento, y lo primero y urgente es su plan de gobierno. Ollanta Humala en las elecciones del 2011 se vio en la obligación de realizar cambios sustantivos en su plan de gobierno, para la segunda vuelta frente a Keiko Fujimori, haciendo un esfuerzo por generar los mayores consensos, hubo tensiones internas y obviamente parte de su equipo se sintió desplazado, es el arte de la política, logrando su objetivo.

De la propuesta general debe aterrizarse ya en la propuesta concreta, definir y compartir abiertamente la visión de país, las prioridades, las marcas de gobierno, claro que caben rectificaciones y concesiones políticas sin renunciar a la esencia de la propuesta. Los resultados, no aseguran ningún éxito para la segunda vuelta, este debe trabajarse, buscar puntos de encuentro entre identidades políticas cercanas, involucrar actores políticos que garanticen gobernabilidad, construir estrategias electoras nada excluyentes. Es el momento de hacer política, de conversar, contrastar, discutir, en perspectiva constructiva. Es momento de los consensos, y quienes deben impulsarlos y liderarlos son los dos actores de la segunda vuelta. No hay licencias para la parsimonia.

No me libero de dos comentarios finales. Primero, en enero del año pasado tuvimos elecciones congresales, el FREPAP y UPP, tuvieron representación, con inciertos protagonismos, hoy no tendrán representación en el nuevo Congreso, es lo volátil de la política y la necesidad de articular legal y políticamente verdaderas agrupaciones políticas.

Segundo, el expresidente Kuczynski, fue sometido a un proceso de vacancia y luego a otro, no prosperando este último porque renunció; el expresidente Vizcarra, fue sometido a un proceso de vacancia y destituido. En ambos casos cabe la misma pregunta, ¿por qué? las iniciativas fueron impulsada por acusaciones de corrupción, que aún están en proceso. En esta segunda vuelta, participa una candidatura, sujeta a acusaciones fiscales de crimen organizado, lavado de activos y otros.

Es decir, en un caso se destituye por incapacidad moral, sostenida en denuncias de ilícitos y en otro se le permite postularse, con acusaciones fiscales y a ese mismo cargo. Claro, en tanto no existe sentencia no hay inhabilitación política y puede postularse. Que contradicciones.

Análisis & Opinión