Alcades de Mollendo: Augusto Luis Ratti Nava

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AUGUSTO LUIS RATTI NAVA

UN EMPRESARIO VISIONARIO

Augusto Luis Ratti Nava

Don Augusto Luis Ratti Nava, fue un distinguido ciudadano de  Mollendo. Su padre fue don Andrea Ratti, inmigrante italiano (procedente de Génova) que llegó al Perú en 1875 para radicar en Lima y su madre fue la dama María Nava, casados en 1879.

De este matrimonio procrearon tres hijos: Augusto, Alfredo y Ricardo, pero debido a la invasión de las fuerzas chilenas y presintiendo las hostilidades que habrán de tomar los invasores hacia los ciudadanos extranjeros, don Andrea Ratti, decide trasladarse a Juliaca para reiniciar su trabajo, esta vez de importador y exportador lanero que por esas épocas era el boom de la economía sur peruana.

Con el fallecimiento de don Andrea Ratti, en 1934 (Italia), sus hijos emprenden nuevos rumbos pero manteniendo la empresa por buen camino, es así que el hijo mayor llega a Mollendo a inicios del siglo XX para instalar una empresa de exportación e importación, con el nombre de Andrés Ratti e hijos, agentes afianzados de aduanas, manteniendo un buen prestigio desde sus inicios.

Don Augusto L. Ratti Nava, contrae nupcias con doña Juana Martínez de la Torre. Tuvieron seis hijos: Andrés Augusto, Juana, Magdalena Sofía, Nelly, Tula y Augusto Raúl.

Este ilustre personaje en la vida de Mollendo, participaba en todas las actividades comerciales, culturales, deportivas, humanitarias y era bien reconocido por la colectividad local y regional. Podemos afirmar en honor a la verdad, que don Augusto participó intensamente en el progreso urbano, económico y social, por lo que el 20 de julio de 1916 es nombrado alcalde de la Municipalidad Provincial de Islay en reemplazo de otro empresario, como lo fue don Luis Bustíos, hasta el 13 de octubre de 1924. Fueron ocho años de trabajo fructífero que desarrolló.

Es importante recordar que don Augusto L. Ratti Nava, es elegido como diputado por la provincia de Islay en 1926 durante el gobierno de don Augusto B. Leguía, cumpliendo a cabalidad su trabajo congresal.

Con la caída de Leguía del poder, la crisis por efectos nacionales y el crac bursátil mundial del 29,  afecta los intereses empresariales de la firma instalada en su tierra adoptiva, Mollendo.

Desde ya se queda en Lima para reponerse de su salud al lado de sus familiares. La enfermedad cruel y las preocupaciones afectaron por demás a don Augusto. Muy joven aún fallece en Lima en 1944 en el calor de su hogar.

Un malecón marino (ubicado en el peñón donde empieza la ciudad), lleva su nombre para recordarlo en las futuras generaciones.

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